Rucks tomó la guitarra se paro frente al portón de la casa de Camila. Se puso la mano en el pecho, porque quería sentir que tan rápido le latía el corazón, le urgía saber si era capaz de soportar la desesperación que moriría en el instante.

Suspiró tan hondamente que los pulmones estaban a punto de explotar, le hizo señas a Parker con las manos para que empezara él con la guitarra, Rucks lo siguió con el arpegio y comenzó la canción:

“Como quisiera que no existieras, que te borraras de la faz de la tierra,
Y no tener que pensarte tanto, como quisiera que no existieras.

Como quisiera que en lugar de ser: un sueño, belleza y mujer,
Fueras un objeto cualquiera, como quisiera que no existieras.

Como quisiera, que un día cualquiera, tocaras a mi puerta… nada mas porque si.
Me leyeras un verso que acabas de escribir, susurraras a mi oído que piensas en mí, que piensas en mí…

Más en realidad mis sueños no correspondes,
Tú no pronuncias ni siquiera mi nombre…

Parker miraba a su pobre amigo (casi hermano) con tanta lástima sabía que lo acompañaba en una causa perdida. La nena no iba a salir…
Ya no iba hacerlo. Sólo pensaba de ante mano las palabras de aliento que tenía que darle al desahuciado y pobre enamorado sin remedio de Rucks.