¿Por qué se espera una Deidad fuera de la misma existencia? Hemos concebido un Dios antagónico a la Existencia, tanto así que hemos despreciado a la Existencia por amor a Dios. Sin un Dios fuera de la Existencia ¿Cómo quedamos? ¿Cuál sería nuestro rostro? Tan feo es, pana, nuestro rostro de muertos o asesinos, que se hace obvia la necesidad de Dios. Cuando ganemos nuestra batalla en contra de la existencia lo necesitaremos para apuntarle con nuestros dedos y gritar a cuatro vientos: “¡Fue Él!” y, otros más valientes, como yo, le sonreirán y le dirán en la cara: “¡Coño de Madre: Fuiste Tú!” Y habrá quedado resuelto el Problema de Dios y de la Existencia.

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Si bien existen, de verdad, quienes creen que Dios es la armonía entre todas las cosas (Un Dios que es la Existencia o la entelequia de la misma) esta creencia sólo puede ser considerada como hereje o como satánica o como pagana porque la Doctrina nos enseña que vivimos en un Universo dual, que la Existencia consiste en una lucha entre fuerzas antagónicas, entre el Bien y el Mal, es decir: que la existencia se aniquila a sí misma y que ese es su mecanismo. Destruimos entonces destruyendo el Mal… “El Diablo está en todas partes y hay que destruirlo” y nuestra justificación es sagrada. La prueba del Bien consiste entonces en un arma ensangrentada. Y así fue y continúa siendo… así somos en Su nombre.