Estoy rodeado de gente sin oídos, sin voces, labios, ojos, rostros…
Simulan ser paredes enormes de concreto, frías e inmutables al tacto
Inútilmente me acerco a ellas y les susurro en lo que parecen ser sus oídos… pero no son más que grietas producidas por los años…
Escapan mis palabras, ruidos guturales, mis pulmones son de papel siendo quemados por el aire… mi pelo está sucio, asqueroso, expeliendo grasa y un notable descuidado de mí mismo…
“Mí mismo… mí mismo…” Y somos miles en este cuerpo, diez mil almas intentando hacer su voluntad… “¿A cuál le toca ahora?”… cuida de mí esta noche, es tu turno…
Y me pierdo en esta sodomía… me arrastro fuera de mis inseguridades y dejo que mi cuerpo se pervierta en sensaciones… cuida de mí esta noche, es tu turno…
Mil almas atrás me gritan- que cambie, mi piel me invita a no pensar… mi mente distorsiona los objetos moviéndolos frenéticamente… “Me siento el dueño de la nada, el amo del limbo, el señor de lo invisible…”
Despierto sobre una cama, mis ojos desconocen cualquier objeto familiar… “Mi corazón lo tiene el diablo… Dios no tiene cabida…”… mi carne insensible agradece la noche, mi estómago rechaza las cantidades navegables que he bebido…
[ Un día de distorsión -- No es Haiku, lo sé... pero tampoco es un texto/narración/diálogo y menos reflexión... es nada --- ] |