Y ya no hace falta decir más nada, una vez tirada la primera piedra, las manos sobre la mesa esperando que me las corten, o que me las besen. Aspiro a mucho, lo sé, lo reconozco, pero debéis darte cuenta que lo merezco. Jamás voy a reclamar algo que no es mío, o que siento que no estoy a la altura de obtener. Ya no siento tan oscuros vuestros dominios, y al parecer habéis querido renunciar a Tu Imperio y cedisteis terreno con tal de cerrar el círculo y quedarte solo con lo que te enriquece.
Ya he visto vuestro rostro en numerosas oportunidades, y también puedo afirmar que habeis perdido poder, por la forma en que vuestros rasgos se expresan con un par de gestos que se me hacen conocidos. He gozado con vuestro placer, y me he perdido en vuestra incertidumbre. He abandonado las llaves de la sentencia para volcarme por completo a la redención y a la vida.
Todavía el camino es largo y de vez en cuando se os cruzan algunas batallas, pero debeis tener los ojos y los pies firmes en vuestro mandato, no canaliceis energía donde no es necesario, no la desperdicieis en gente o situaciones que no os merecen, que no están a vuestra altura. No te desgasteis por nada. Os quiero entero, y vivo.
Y ya no quiero decir más nada, porque de vez en cuando las palabras sobran. He visto las luces, y muero porque veais lo bueno que puede ser este mundo si se comparte con súbditos que tienen las mismas expectativas que Vos.
Mi Rey, si decidiérais apostar por la vida, tened en cuenta que se trata del espíritu, de los círculos que se cierran y de la convicción de querer ver más allá del horizonte.
Ahora que el círculo se cerró, os imploro, Majestad, bajad el puente así puedo veros.
Quiero daros batalla una vez más, creo merecer una nueva oportunidad.
Que el duelo comience.....
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