CAPITULO PRIMERO:
Capitulo I
¿PASADO O PRESENTE?.
Aunque no quería admitirlo, estaba aterrada, aquello no podía volver a sucederme así que no tenía que temer nada, sería demasiado que volviese a ocurrir, nunca había creído en el destino, ni en las premoniciones, pero sentía en todo mi cuerpo la sensación de que se estaba repitiendo aquello que yo tanto temía, los preparativos, la alegría y luego el terror, el salvajismo, el pánico, muerte, odio, desolación, gritos, los gritos, los gritos una y otra vez, la carcajada, la risotada atronadora que retumba en mis oídos aún. Los golpes, uno tras otro, golpe a golpe, sonido a sonido, la sangre, la sangre derramada de personas inocentes. El río, el sonido del agua que cae....
-Ana, venga tienes que recoger tus cosas, mañana es el gran día.
-Sí, claro, como no. Tranquilo, dejaré mis cosas preparadas antes de acostarme.
-No pienses, solo actúa impulsivamente, no debes ahogarte en el sufrimiento.
-¡No me digas lo que tengo que hacer!, tu no estabas arrodillada ante el cuerpo de la persona amada, viendo como se desangraba hasta morir sin poder hacer nada, viendo como la vida se le escapaba a la vez que iba saliendo la sangre.
-Sé lo mucho que te cuesta hacer este viaje, aun estas a tiempo de echarte a atrás, pero si no te enfrentas a ello hoy lo tendrás que hacer tarde o temprano. Sé que te había propuesto casarse con él, y entiendo que no puedas evitar pensar en el pero la vida sigue, no puedes quedarte atada al pasado. Morirás de angustia si no comienzas a intentar comprender que no hay vuelta a atrás. No pudiste evitarlo, ni podrás hacer nada para que vuelva. Tienes que superarlo.
-Vale, te he entendido, de acuerdo, déjame, tengo que preparar mis cosas.
-No le des más vueltas...
-¿Me vas a dejar preparar mis cosas o no?
-Venga, dentro de un rato vamos a cenar así que date prisa.
Si en ese momento hubiera hecho caso a mi instinto mucha gente se habría salvado. Aunque no fue culpa mía siento que estoy manchada por la sangre de aquellas personas inocentes. Todo por envidia, ¿quien puede creerse algo así?, parecía imposible. Pero más aún que el loco apareciese otra vez en escena...
La mañana estaba gris, al igual que mis pensamientos. Aún recuerdo el olor a lluvia que arrastraba el aire. Puedo ver el pelo de mi hermano revuelto a causa de ese mismo viento y con la sonrisa en los labios. De pronto la risa estruendosa se oía y su sonrisa pasaba a ser una horrible mueca de dolor. La sangre le cubría el rostro y su cuerpo se desplomaba ante mis ojos. Entonces me doy cuenta de que es Jesús Ángel el muerto. Aparece la Sombra Riente, se acerca poco a poco a la luz, y una pregunta sale en un grito de mí. ¿Quién eres, por qué me haces esto mi? Y la voz de Santi me responde que es él, descubriéndose y mostrando su cuerpo sangrante y su cráneo destrozado, y que la razón es que la muerta debería haber sido yo.
Me desperté bañada en sudor, aterrorizada ante la visión de mi pesadilla. No, no lo iba a pasar bien en el viaje. Estaba completamente segura de que algo horroroso iba a acontecer, a ocurrir y que se iba a repetir lo ocurrido hace cinco años, aquel terrorífico día volvería a pasar, y lo peor de todo, es que no podría evitarlo, al igual que aquella otra vez..
-Venga Ana, que eres la ultima. Date prisa o te llevo en pijama. ¡Ehh!, que te pasa, pareces un fantasma, ¿no has dormido bien?
-No, no he dormido muy bien, deben ser los nervios...
-Tranquila, que no nos comemos a nadie.
-Venga, o me dejas entrar al baño o no salimos en todo el día.
Mientras el agua tibia caía sobre mi cuerpo desnudo en la ducha, reflexioné sobre mi pesadilla. Estaba segura de que era un aviso de mi subconsciente, algo que mi mente consciente ignoraba de lo que en realidad ocurrió aquella fatídica noche. Gracias a la ducha mis nervios se relajaron y conseguí espabilarme. Tras la reconfortante ducha me dirigí a mi cuarto para acabar de vestirme. En ese momento descubrí encima del escritorio aquel libro de poemas que solía leerme Santi, el viento k entraba por la ventana lo había abierto al azar y al cogerlo, comencé a leer:.
Perennemente incierto es el camino
en tanta luz y en tanta sombra inmerso,
hoja seca sin rumbo y sin codicia
a merced de la rosa y de los vientos.
Ser y no ser sin meta y sin principio
porque no existe el bien, ni existe el tiempo,
y el mal es simplemente consecuencia
de inexorable porvenir incierto.
Con estas ansias de vivir, Dios mío,
¿Qué puedo hacer clamando en mi desierto?``.
Tras leer estas líneas, mi corazón se encogió. Hacía cinco años que no leía una sola línea de este libro, y para terminar, este poema me lo leyó Santi justamente la noche antes de la tragedia, cuando me confirmó que él era incapaz de vivir sin mí, y, es mas, que no me perdería por nada en este mundo. Y se confirmó, fui yo la que le perdí a él, la que se quedó sola ante el horror, ante la pesadilla, ante la muerte, la desolación, el vacío, el caos, el abismo en el que me sumergí. Todo esto venía a mi mente mientras que en la calle comenzaban a oírse el ruido del claxon del coche que me llamaba con insistencia.
Llevábamos dos horas de viaje con la música puesta cuando, tras pegar un brinco debido al enorme bache que apareció frente a nosotros en la estropeada “carretera” (si es que eso era una carretera), saltó la cinta y se conecto la radio. Básicamente lo que decía era:.
Noticias desde M. Al parecer a sido una fuga a causa de un error humano. El conocido maníaco de “Media Noche” que hace cinco años provocó la matanza en un camping de montaña se ha fugado del psiquiátrico sin que nadie le echara de menos hasta 10 h mas tarde. Por lo visto, una visita de ultima hora fue lo que le alteró de manera que hoy se ha fugado. Sigan con nosotros que dentro de media hora volveremos a informarles. Les recuerdo que deben tener mucho cuidado y no recoger a ningún autostopista hasta que al menos tengamos mas noticias sobre este suceso...
Mis ojos se abrieron a causa del temor, mis manos comenzaron a temblar y el latir de mi corazón golpeaba con fuerza en mis sienes. Tuve que cerrar los ojos para no marearme al notar que todo me daba vueltas. En ese momento mi pasado, mi presente y quizás un futuro no demasiado lejano se mezclaron en mi corazón y mi mente atrapándome y elevándome. La confusión era tal que ni tan siquiera podía respirar. Cuando logré calmarme y abrí los ojos, vi a Miguel Ángel pensativo, mirando hacia mí. Intenté sonreírle, pero solo me salió una temblorosa mueca. Al mirarme en el cristal me di cuenta de la palidez de mi rostro más perteneciente a un cadáver que a un ser vivo.
Dios santo, no podía volver a ocurrir no era posible, porque, porque a mi Dios porque....
Tardamos cerca de tres horas mas en llegar al camping. Yo me sentía fuera de mí, lo primero que hice al bajar del coche fue dirigirme a Carlos y llevármelo lejos de resto para hablar..
-¿Lo has oído? ¿Te das cuenta de lo que significa?
-Ana, tranquilízate no es tan grave no llegará asta aquí y es más no sabe dónde estamos. Estas portándote irracionalmente.
-La otra vez tampoco lo sabia y murieron todos a sus manos
-Fue una casualidad y lo sabes.
-Tengo que irme de aquí. No puedo volver a pasar por lo mismo lo sabes no puedo volver a pasar por ello...
-Ana tranquilízate... ¿Ana? ¿Que te pasa? ¿Te sientes mal? ANA ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Yo desperté en el suelo, me habia desmayado Carlos seguía aun asustado y el resto del grupo estaba alrededor. Una de las chicas que yo no conocía se acercó y dijo:.
- Seria mejor que montásemos la tienda y que descansase un poco. Seguramente ese desmayo ha venido provocado por el cansancio del viaje. Seguro que dentro de un rato después de descansar te sentirás mejor.
-Si, creo que va a ser lo mejor. Siento haberos asustado a todos. –a voz de cuello dije- Casi seria mejor no haber venido.
Miguel Ángel se acercó me cogió del brazo con suavidad y me levantó.
-Yo te ayudare a preparar las cosas Ana. No te preocupes por nada. De verdad, nosotros estamos aquí.
Esa frase mas que alentarme hizo trizas mi corazón. Si ellos estaban allí pero, ¿por cuánto tiempo? Cuantas veces desperté de una pesadilla similar cuando perdí a Santi de una manera tan horrible recordando cada momento, cada segundo de aquel horrible día, él ultimo de aquélla que habia sido la mejor semana de mi vida. Y aquélla interminable noche de pesadilla que acabo con mi cordura y que me destrozo la mente y el alma, al menos durante largo tiempo.
Empezaron a montar la tienda entre Carlos y Miguel Ángel al terminar me obligaron a meterme dentro y a echarme a dormir.
Estuve dentro de la tienda bastante mareada, la cabeza me daba vueltas y el calor me parecía cada vez más insoportable. Apenas habían pasado dos horas desde que llegamos pero a mi se me hacia eterno cada segundo que pasábamos allí, quería gritarles a todos que teníamos que irnos que todo volvería a ocurrir.
Empecé a medio dormitar y las frases y las situaciones se mezclaron en mi mente. Aquel primer día, tan dulce, tan tierno, recordé el momento en que bajamos del coche y Santi empezó a montar la tienda mientras yo recogía leña para el fuego del campamento. Aún siento sobre mi cintura sus brazos cuando se acerco lentamente por detrás de mí y me levanto en brazos. Recuerdo entre lagrimas como grité de miedo, como intente liberarme asta que me di cuenta de que era él. Recuerdo que viajando en el coche oímos la noticia de la fuga de un interno del psiquiátrico. Por lo que dijeron era depresivo y estaba allí voluntariamente, por lo que no se comprendía su fuga. Lamentable error ¿no es cierto? Si se hubieran preocupado mas por él, por encontrarle, quizás no hubiera asesinado a mis amigos y a mi prometido quizás estos seguirían vivos y yo no tendría que haber pasado tres años de mi vida en un hospital psiquiátrico, tres años perdidos, y dos años en terapias para evitar que enloqueciera del todo. Quizás podríamos haber vuelto a casa, nos habríamos casado, habría acabado el año que me quedaba de carrera, me habría sacado las oposiciones podría tener un trabajo y puede ser que ya tuviéramos hijos y todo. Pero no fue así, no se molestaron demasiado, no dieron su descripción, NO SE MOLESTARON EN DARLA. Y él estuvo aquí cerca de nosotros, acechándonos, y, cuando íbamos a marchar, la noche anterior al fin de nuestras vacaciones, fue matando a sangre fría a cada uno de los pertenecientes de nuestro grupo. Me salvé porque me dio por muerta, caí al río y pensó que me ahogaría pero llegue a la orilla, allí desperté, con una brecha en la cabeza y una sola idea. Salvar a Santi aunque eso me costase la vida. Pero no llegué a tiempo, no pude alcanzarle. Llegue tras los golpes, tras el ruido sordo del martillo contra el hueso, el cráneo de la persona que más he amado en toda mi vida. Le vi a él llorando, arrodillado junto al cuerpo, con el martillo aún entre sus manos gimiendo y llorando. Murmurando que no había podido evitarlo, que era culpa suya. Dios santo, recuerdo que me desmayé. Y que me desperté cuando llegó la policía, él seguía igual, no se había movido de su sitio, seguía arrodillado al lado del cadáver como si acabase de despertar de una pesadilla.
Pero la verdad es que la que despertó para caer en una pesadilla fui yo, pues mi mente no podía con el dolor que el recuerdo me causaba. Hubo un apagón general, quedé como muerta, no comía, no hablaba, no me movía, estaba muerta, tan muerta como realmente quería estar.
Tras dos intentos de suicidio, de los cuales uno me dejo internada en la UVI; Terminaron por desistir e internarme en una institución para enfermos mentales durante una temporada, estuve dos años allí metida.
Ahora había vuelto al mundo real solo para encontrarme de nuevo envuelta en la misma situación.
¿Cómo podré sobrevivir nuevamente? ¿Cómo?
Finalmente el sueño me venció y dormite varias horas sumida en horribles pesadillas donde lo único que podía oír era el asolador sonido del metal contra el hueso, una y otra vez. Desperté al anochecer bañada en sudor y con el rostro cubierto de lagrimas, habia alguien frente a mi tienda.
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