PROLOGO:
-¡Annna!- el grito llegó a mis oídos y se me puso la piel de gallina, pues estaba cubierta de sangre y no recordaba por que.
-¿Ana?, Tú no eres ella, donde está. No, que vas a hacer, ¡no no noooo, socorro, nooooooo!- Lo horrible no fueron los gritos de Santi, sino el sonido de golpes sordos que los apagaron. Aterrada, corrí hacia el lugar del que procedían los gritos...
-Ana, te estoy hablando, que te ocurre, estas en las nubes.
-Nada Carlos, estaba recordando algo...
-No pienses mas en lo que pasó aquella noche, el asesino está recluido, ya lo sabes. No te preocupes más.
-Sabes bien que no puedo evitarlo. Tu no sabes lo que ocurrió aquella noche, nadie mas lo sabe, ya que todo aquel que estaba allí esta muerto. Tu nunca té despiertas en medio de la noche gritando, ni resuenan en tus oídos los gritos de él llamándote y suplicando por su vida. Jamas, jamas se me borrará de la memoria ese momento, entiéndelo, nunca podré dejar de pensar que podía haberlo salvado, se me ocurren mil formas de poder evitarme ese sufrimiento. Pienso, que de haber hecho o haber dejado de hacer algo podía haberlo evitado.
-Nunca lo sabremos con seguridad, además, no puedes viajar al pasado para cambiar los hechos. Debes pensar mas en el futuro, sabes de sobra que hay gente que desea que despiertes de tu sueño, y esta aguardando que le des una nueva oportunidad a tu vida y te recuperes.
-¿A quien te refieres?
-Sabes perfectamente que se trata de Jesús Ángel, ¿quien sino?, Lleva tratando de agradarte desde que llegaste, a pesar de no saber nada de lo que ocurrió, creo que sospecha algo. Esta investigando a ver que descubre. Comprendo que no quieras que nadie se entere de lo que ocurrió hace cinco veranos, pero no puedes seguir aislada. Debes volver a ser como antes. Venga, seguro que esta acampada te sentará bien.
-Hermano, no creo que deba ir, os aburriría tener que estar conmigo tanto tiempo. No puedo cambiar los hechos.
-Mira, tienes 26 años, y tienes toda una vida por delante. Por que no me explicas algo lógico por lo que no puedas venir. Vamos, ni que te hubieran desahuciado ya. Vamos, anímate, si no quieres venir te raptaré, te lo juro, dame tu palabra. Vamos.
-De acuerdo, iré, pero que quede claro que si os aburro ya estabais avisados.
-¡MILAGRO! Te convencí, ALELUYA.
-Baja la voz, van a creer que te has vuelto loco. Solo he...
-A no, tu vienes con nosotros, ya veras que bien lo vas ha pasar, ya no puedes rectificar.
-Entendido, tranquilízate, iré, lo prometo. Cada día te pareces mas a un crío pequeño. Eres mas...
-¡¡Simpático!! ¡¡A que ibas a decir eso!! Eh, te he pillado.
-Mañana te llevo a la guardería.
-¡Venga ya! ¡Si te estas riendo!, todavía te da algo, mira, solo te falta llorar de risa.
-Ya esta bien, ya hemos llegado y no me apetece llegar tarde a las ultimas clases.
-Entonces les digo que te vienes. No me falles o quedare por mentiroso “hermanita”.
-Menos cachondeo. Venga, que es tu ultimo año.
-Hasta la hora de comer.
-Adiós pesado.
Ese día, me dieron los resultados de las pruebas que tenia pendientes. Había logrado superar todo. No con tan buena nota como esperaba, pero al menos, había aprobado. Aun me quedaban las pruebas finales, pero había decidido no agobiarme. Tenia tiempo para prepararlo con calma, pero no debía entretenerme. Además, estaba lo de la excursión a la sierra a la que me había comprometido a ir. Estaríamos una semana en los bosques que cubrían extensas hectáreas de terreno montañoso, veríamos cuevas y observaríamos la naturaleza. Esto me recordaba a una excursión similar, hacia cinco largos años, excursión que terminó trágicamente debido a que apareció un loco, fugado de un manicomio muy lejano a ese lugar, y que no tuvimos en cuenta. Sabíamos que andaba suelto, pero muy lejos. Nadie supo determinar como llegó allí. Y tampoco era considerado muy peligroso, es más, fueron sus primeros actos de violencia desde que fue internado en el sanatorio, mató a 13 personas, la numero catorce se salvó. Fui yo. Aun así, analizando las cosas con calma había piezas que no encajan en el puzzle. Por ejemplo los tres cuerpos desaparecidos y que no se habían encontrado, que el loco apareciese tan lejos, y algo, una pieza del puzzle que faltaba en mi cabeza. Algo que, no sabia porque no encajaba, y tenia que ver con la muerte de Santi, estaba segura. Ya vería como me apartaba de la cabeza todo ese lío...
-Ana, Aaannnaa, AAANA. ¿Se puede saber que te ocurre? Estas ahí con la mirada perdida y sin decir nada, llevo un rato hablándote. ¿No te has dado cuenta?
-Perdona Jesús Ángel, no me había dado cuenta, estaba pensando y...
-Y en algo no muy agradable, tu rostro parecía una tormenta. Tenias una cara de mala leche...
-No era eso, es que estaba...
-No me mientas, sé que te pasa algo, y no muy bueno...
-Te repito que...
-Espera, déjame terminar, también sé que no quieres que nadie se entere. Solo te aviso que en mi puedes confiar, de verdad. Si algo te atormenta lo mejor que puedes hacer es contarlo. No todo el mundo se a dado cuenta, pero sé que huyes de algo que te pasó hace tiempo. No me digas que no es cierto. Si no quieres decirlo no ocurre nada, quería que supieras que hay gente en la que se puede confiar.
-Gracias Jesús Ángel, pero por ahora prefiero guardármelo.
-No me importa, lo entiendo, hay heridas que tardan en sanar. ¿Al final vas a venir a la excursión?
-Sí, no se como pero Carlos me a convencido. Espero no fastidiar el fin de semana con mis penas. ¿Quién más va ha ir?
-Pues iremos Jorge, Sara, Juan, Clarisa, Jesu, Mónica, Carlos, Clara, tu y yo de seguro. Y a lo mejor van Samuel, Sergio y Juanjo con las novias.
-¿Y esas quienes son? Creo que no las conozco.
-A dos las tienes que haber visto por aquí, y la tercera no la conocemos nadie, la conoció en un bar de esos que están abiertos hasta el amanecer. En un pueblo muy pequeño, de esos que viven de la pesca, por Asturias. La muchacha se llama Adela, y las otras dos María y Cristina.
-Adela, un nombre curioso, ¿no?, donde yo vivía no había muchas “Adela”, es más, solo conocía a una.
-Aquí no es tan raro, aunque tampoco hay muchas. Bueno, tengo que irme, hasta mañana.
-......Uh, eh, sí, hasta, hasta mañana. Adiós Sa...digo Jesús Ángel.
¿Que me pasa, casi le llamo Santi? Pobre, se ha ido con una cara de asombro, pero es que ese nombre, Adela me recuerda a aquella discusión que tuve con Santi la semana de antes de ir a la excursión, mi ultima pelea con él. Todo comenzó con.....
-Bueno, ahora que pasa, ¿me vas a decir que hacíais los dos encerrados en los servicios? O que, se te había enganchado la camiseta al manillar de la puerta y tuvo que quitártela para que pudieses salir ¿no? Eres un imbécil, hasta mi hermano os vio meteros, ¿sabes? Y encima soy yo la inmadura que me pongo celosa sin razón. Tienes un morro tan grande que no sé ni como te puedo mirar a la cara. ¿Quieres hacer el favor de aclararme las cosas?, Es tu turno para la defensa.
-Ni tu misma sabes de lo que estas hablando, para empezar Adela no es lo que tu te imaginas, ni tan siquiera es...
-¡ERES UN MENTIROSO, UNA SERPIENTE, ERES UN REPTIL REPUGNANTE Y ASQUEROSO! TE ODIO. ERES, ERES...
-¡¡¡CÁLMATE QUIERES!!! Mira no quiero tener que gritar esto a los cuatro vientos para que me escuches, yo...
-Eso es ¿no?, Ya no me quieres, y como ya no deseas seguir conmigo, te enrollas con la primera tía que se te cruza. -en ese momento estaba llorando ya de rabia-
-¿Quieres saber lo que me hizo en el baño? Esto. -En ese momento se quitó la camiseta y me enseño un tatuaje, eran mi nombre y el suyo dentro de dos corazones, me sentí como una idiota por haberle montado ese escándalo por una cosa semejante-. Iba a ser una sorpresa, pero la sorpresa nos la han dado los que pasaron al servicio. Y, por si te queda alguna duda te diré que Adela esta más interesada en ti que en ningún tío de la zona... .
Ese ultimo comentario hizo que estallásemos en carcajadas los dos juntos, fue la primera y ultima vez que discutiríamos por un tema de este tipo. Estoy segura de que nunca me engañó.
PPPPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII PIII PIII
El sonido del claxon hizo que volviera en mi, estaba ante la parada del autobús, no me había dado cuenta de que había llegado hasta allí. Un coche mal aparcado había creado un pequeño atasco al que los conductores respondían con estruendosos pitidos.
-AAANNNAAA. -el grito sonó a unos metros por detrás de mí-. ¡Eh que pasa aquí que hay este ruido!
-Ni idea Carlos. Que, hoy en autobús nos toca.
-Sí, y a que no adivinas quien se viene con nosotros.
-Hola, no quiero molestaros- Jesús Ángel apareció de pronto-. Hoy me toca ir en autobús.
-Me alegro, así no tendré que cargar yo sola con este pesado. ¿Hacia donde vas?
-Se viene con nosotros Ana, ¿no te has fijado que vive a una manzana de casa?
-Ah, perdona, no me había fijado.- en ese momento deseé que me tragara la tierra, ¿cómo no me había dado cuenta?-. Bueno, te sentarás con nosotros ¿no?
-Mira, que se siente contigo, yo me voy con Sandra y las demás.
-No te molestará, si te parece mal me siento en otro lado -susurró algo avergonzado Jesús Ángel- a mi no me importa, de verdad.
-No pasa nada, ya estaba harta de esta pesadilla que tengo por hermano.
En ese momento llegó nuestro autobús y, tras montarnos en él, noté que Jesús Ángel quería comentarme algo que yo no deseaba oír.
-Esta mañana, te equivocaste y casi me llamas por otro nombre, ¿no es cierto?....
Di un respingo, lo sabia, aquello que tanto temía se iba a descubrir. No era posible, no me podía suceder esto a mí.
-Me gustaría saber si la persona con la que me confundiste es alguien a quien tu habías amado mucho como me he supuesto...
Tenía la boca seca, me era imposible pronunciar palabra. Solo logré hacer un gesto afirmativo con la cabeza.
-Veo que me indicas que si, y estoy seguro que forma parte de aquello que deseas ocultar. No preguntaré más, te dije que al final sabría de que huyes. Sé que ese chico no es exactamente todo lo que ocultas, pero no te voy a sonsacar, saldrá solo. Estoy seguro.
Muda ante este discurso me quede, pues me demostraba lo leal que era Jesús Ángel.
-Ah, y por favor, deja de llamarme por mi nombre completo, llámame Ángel simplemente.
-Claro Ángel, y gracias por no preguntar. Gracias.
El resto del viaje lo pasamos en silencio, ninguno nos atrevíamos a romper el silencio que nos embargaba. Al llegar a la parada, nos bajamos, y, mientras nos despedíamos, me dijo con un susurró:
-Recuerda, a veces es mejor contarlo.
Y en voz alta añadió:
-Nos vemos en la excursión ¿no?
-Claro, ya no puedo echarme atrás.
-Hasta el lunes en clase...
-Por supuesto, no voy a faltar ahora.
-Venga pareja, despediros de una vez, yo tengo ganas de llegar a casa.
En ese instante asesiné a mi hermano con la mirada.
-Venga, adiós. -susurró ángel completamente avergonzado.
-Adiós.
|