Telegrama desde el más allá

Las cosas son tal como tienen que ser para que este universo de vida exista.
El universo es un tapiz infinito de relaciones entre entidades perfectamente ordenadas.

Cada cigarro que fumo aumenta exponencialmente mis minutos de muerte, duré algunas décadas con vida, y mis espectativas de muerte a este lado del telón, con mala suerte, pueden llegar a ser cientos de años.
Dicen que alguien estuvo muerto mil años, pero no está comprobado.
Ojalá mi paso por acá sea breve, dicen que se puede volver a la vida al mismo mundo que dejaste. Y pasar por el famoso túnel de regreso hacia la claridad.
Ese túnel es el trayecto que sigue uno al momento en que lo dan a luz. Muchos volvieron a la oscuridad cálida del útero para seguir muertos.
Es raro lo que sucede a este lado de la mortaja. No se siente nada, ni siquiera el dolor. Pero siento angustia.
La angustia de saber si algún día podré volverte a ver. Lo último que recuerdo fue tu expresión de pánico cuando me desvanecí y me desplomé sobre esas frías cerámicas españolas de la fría casa de tu fría madre. Vaya lugar para morir.
De ahí no recuerdo nada más, ni velorio, ni funeral, ni quienes asistieron, ni cuanto tiempo ha pasado.
El reloj que traía puesto me lo robaron en la funeraria quizás. Por lo menos me vestiste con un traje decente.
Quisiera saber como está nuestro pequeño hijo, y saber si has rehecho tu vida, despreocúpate, no me pondré celoso.
La otra vez soñé contigo y con nuetro hijo, soñé que se casaba con una mujer muy linda, tú estabas llorando y alguien te consolaba. Te ví con canas, pero te conservabas bien. Por algo me casé contigo, eras la mujer más bella que vieron mis ventanas cerebrales.
Te extraño, no sabes cuanto. Me aflige saber si cuando viva podré verte. No sé si llegaré al mundo en el cual nos conocimos.
Me contaban por acá, entes que llevan mucho más tiempo que yo, que ésto es un ciclo, un ciclo de vida y muerte. Ésto es, digamoslo así, una estación de tren.
Cada cierto tiempo publican unas listas para un viaje largo hacia otros puntos del universo, y hacia otras dimensiones también. Es por eso que no sé si te vuelva a ver.

Te sigo amando con todo mi corazón,
que aunque no palpita, lo siento aún acelerándose
y provocando ese cosquilleo en el pecho que me hace suspirar.
Me gustaría volver, no quisiera verte acá,
quiero repetir toda mi vida de nuevo,
quiero volver a vivir todos
aquellos momentos que contigo yo viví.
Aunque me muera mil veces.
No me arrepiento de nada, absolutamente de nada.
Todas las cosas que pasamos
y el placer que juntos creamos
aún están aquí conmigo.

Suenan trompetas dentro de la nada
soy un punto luminoso de energía.
Está lleno de luciérnagas
que revolotean a mi alrededor.
Soy un foco con alas de oro.
Desde mi desdicha contemplo
migraciones de dorados pájaros
estrellándose con relámpagos de fuego.

Así viviendo en el no-tiempo
esperando renacer
para gritar, reir y llorar.
Dejaré mis huellas
para que me encuentres
y miraré hacia atrás para esperarte.


Cuando no se tiene nada, no se tiene nada que perder.
Con sosegada obediencia seguiré durmiendo.