-Les dijo... les dijo a todos... y vinieron, si. Trajeron antorchas, incendiaron esta ciudad y mataron a todos los que no alcanzaron a escapar, no tuvieron compasión, mataron a niños y ancianos. Se fueron siguiendo las huellas de los que pudieron escapar, seguirán matando, él los guía.
-Como es?
-Es alto... tiene el pelo oscuro... negro...... y ...
-Sus ojos... como son?
-Sus ojos... son... celestes, casi blancos...- la voz del hombre se fue apagando lentamente- están llenos de odio... como... si no hubiese vivido...sin sentir odio...
El anciano murió en sus brazos, la causa, graves quemaduras en todo el cuerpo, el mago se incorporó lentamente y miró alrededor...
-Había sido él...
Dio un suspiro y comenzó a caminar cansadamente entre las montañas de escombros calcinados, de tanto en tanto lograba vislumbrar cuerpos consumidos a medias, los miraba sin mayor interés como intentando cerrar su corazón a tal muestra de crueldad, por ahí un brazo, más allá una cabeza ennegrecida, a la izquierda la mitad del cuerpo de un niño pequeño, no se ven casas ya, ni árboles, ni los alegres patios que él conoció hace muchos años atrás.
-Tendré que hacer una visita...-murmuró para sí y se alejó.
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