Una noche acariciando la luna con mis ojos
ví el reflejo de los tuyos anhelantes
y se cruzaron fugaces un momento
refulgentes igual que mil diamantes.

Prendidos se quedaron sin moverse
los tuyos y los mios... un instante,
mientras tú en tu casa y yo en la mía
sentimos una oleada de amor dentro del alma.

Sin poder desprenderse nuestros ojos
se juraron amor eternamente...
sin importar ni tiempo ni distancia
ni el lugar donde algún día se encontraran.

Cuando una noche te cruces en mi vida
te reconoceré tan solo con mirarte
pues la luna nos unió por siempre
y en la noche me ayudará a encontrarte.

El embrujo de las noches estrelladas
arrullará este amor nuestro...por siempre,
y la luna será mudo testigo
de esta pasión... compartida contigo.