Tienes frío? - Preguntó el príncipe.
Solo un poco – respondió la princesa.
… Y finalmente, se encontró a solas con ella… era tan pura, tan única… siempre podría tenerla, siempre la había querido, aunque a veces se hastiaba de su presencia.. No era tan sencillo como dejarla atrás, tal vez más por costumbre que por la misma necesidad de amarla.
Tal vez, solo necesitaba escuchar su voz por una última vez,; Tal vez no hubiera sido necesario haberla despertado, o simplemente nunca reconocería que se sentía menos patético cuando la tenía a su lado…..
Pero ella había estado allí siempre, la misma que un día intento advertirlo, la misma que durmió tanto tiempo y que desde entonces había pasado las noches entre los dulces sabores de los miedos infantiles, y los amargos recuerdos de lo que pudo haber sido… Su pobre historia, se dibujaba entre la aparente calma de su mar inquieto y los remolinos del pasado que la perturbaban cada segundo………
Fue entonces, cuando apareció el misterioso ser, envuelto en llamaradas que sofocaban el aire, en humo caliente que despedía de su enorme nariz… Vino y la rapto, y le devolvió a su vida el calor que junto al príncipe en su eterna mansión había perdido………
El príncipe intentó luchar por ella, alguna vez lo hará, y se habrá dado cuenta que la perdió hace mucho tiempo, que su cadáver inerte permanecía cerca al de él como cuando supo que ella, su propia eternidad era la única que nunca lo había abandonado.
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