VI Capitulo

Suaves besos recorrieron el cuerpo de Aurora. Saboreando las pequeñas gotas de sudor que caían por su cuello. Sintiendo el intenso calor que expedía la piel de su amante furtiva.
Ya se habían desprovisto de sus ropas. Eran ahora solo dos desconocidos cubiertos únicamente por su misterio.
Abrazados mantenían el contacto con sus labios. Susurrándose. Emitiendo leves quejidos que se convirtieron en la única tonada que acompañaría a esta pareja.
Lentamente aquel hombre empezó a domar el evidente deseo de Aurora, y ella, pudo sentir el miembro erecto de su acaramelado salvador que corría entre sus piernas, y se internaba en la profundidad de su ser.
Un intenso y fugaz dolor se apoderó de su atención, más aquella lengua, cubierta en dulce miel, actuó como un estimulante para su lascivo y en incremento instinto sexual.
Se aferró a la ancha espalda de aquel hombre que clamaba autoridad de su entidad. Gritando que era suya, que la deseaba. Agitándose con más rapidez y fuerza en aquella estrecha cavidad.
Aumentaba el calor de aquella habitación. Todo era aprisa y exquisito. Sentir como su piel resbalaba en cima de ella. Como la tomaba de sus caderas y la penetraba con más fuerza, cada vez más aprisa, más desesperante. El jadeo se volvió un grito al unísono que culminó en un estallido de placer inexplicable.
Todo era perfecto. Estaba con este apasionado hombre más cerca que nunca. Abrazados, después de haber compartido intimidad. Después de a verse amado.
Pero, esta no es una historia con un final feliz…
…
Continuará