- Que en el aire que quedó entre nosotros
no había más que silencio perforado
de fútiles sonidos, y tus labios
no querían moverse y se movían
para hacerme comprender que no debía
haber jugado con fuego y querer
no estar quemado.
15-1-03
Texto agregado el 08-03-2006, y leído por 143
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