Es una nueva era. Al menos eso dicen. Que se han podido romper las barreras del mundo. Que no existen límites con todas las puertas abiertas. Una de aquellas puertas es el llamado Internet.
Y fue precisamente mientras navegaba por aquella telaraña invisible cuando encontré el sitio. La Página de los Cuentos, es llamado. Fue en uno de esos juegos en donde el único objeto es matar el aburrimiento. Sin embargo, la suerte me llevó más allá de un simple crimen contra el tedio.
La Página de los Cuentos, como es llamada, y de dirección electrónica loscuentos.net, fue el primer lugar donde logré publicar- y publico hasta ahora- en serio. Además, encontré a otros aficionados- aunque algunos no tan aficionados- como yo. Entre ellos, podría recordar varios nombres, como el de Santiago Repetto quien, bajo el seudónimo de Dehumanizer, publicó en su espacio, cuentos que quedarán registrados en mi memoria hasta el fin de mis días.
Fue un relato en especial- que es también el por qué de este prefacio. “La nueva balanza del mundo”, que anexaré en las páginas siguientes, (aquí el link: http://www.loscuentos.net/cuentos/link/88156/) cuenta magistralmente la historia de una logia secreta en un instituto. La narración despertó en mí, casi al instante, un deseo incontrolable por relatar una vez más la historia, pero no, no así, como me la habían contado, sino de otra manera, una manera diferente, muy parecida a la mía.
Recurrí entonces a Santiago, no al Santiago de mi relato, sino al otro, al autor del cuento que me perturbaba. Aceptó la idea. Y ahora me encuentro en este punto, dando las explicaciones del caso.
Otra vez, aunque no lo habré dicho explícitamente, gracias, muchas gracias a Santiago Repetto. Por dejarme compartir este relato. Ahora estoy a punto. A punto de de contarles la historia, no quiero decir policial, pero quizás de misterio, que tiene sus raíces en aquella “nueva balanza del mundo”, aunque va mucho más allá, mucho más.
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