Lo que anudas con tus ojos, la miseria de un crepusculo que, luego de morirse cual ave fenix, se introduce entre tus digitos, nauseabundo fuego de los arboles. Misteriosos los seres que con tus pezones creas, mentirosos duendes de mitologias que en tus verdades de escaleras, mueren en la cima y en los peldaños mas nimiescos, el nirvana y tus cabellos. Reglas incumplibles, y aun asi me aferro a ellos como escudos en mis sueños, y heridas en los tuyos. No sueños que adolescen, no sueños y regalos, no dicen lo que dicen, no dicen lo que callas, lo que creas, lo que existes, lo que ciegas , lo que mueres... |