Ella era
una mujer de invierno
poblada de un llanto bello como la lluvia
guardaba un recuerdo
su padre
era hermoso como un durazno maduro
fresco y de sus palabras brotaban
calidos cielos
solía sentarse sobre la tarde
y contarle cuentos
ella, una niña de ocho años imaginando
un mundo distinto o distante
porque las palabras no alcanzaron
¿sabes?
su padre se fue
con el canto
de las noches más oscuras
y ese Dios que parece un diario
con noticias
que prometen y nada saben
del dolor de las niñas
y la mujer que es ahora
llora ese suceso
como una hoja seca de este verano
que no alcanza ni el más profundo llanto,
el padre,
Padre,
se ha ido lejos
allí contigo,
al infinito agujero con hundidas antorchas
¿Qué es la muerte?
porque aquí, en la tierra
sólo conocemos el llanto que provoca
en el calor de la selva
una muchacha triste toca triste la flauta triste
y tú
mujer
lloras
como lluvia
lloras…



Para Patricia, en el dolor de la muerte de su padre…