Era ayer.
Yo, un niño,
Trémula alegría que se esforzaba en ser.
Era ayer.
Vos el hombre amigo,
Augusta seriedad del que ya es.
Era ayer.
Y el niño y el hombre se charlaron.
Hombre del hombre, hombre ha de ser.
Era ayer,
Y ya no lo tenía
En mi mano al hombre, padre, amigo.
Había quedado en el recuerdo,
Con el barrio, los juguetes y el ayer.
Y me vi. Solo
En la triste soledad del adolescente,
En la angustiosa búsqueda del reemplazar.
Y asi,
Como atolondrado gorrión de invierno,
Busque la imagen del hombre
Que me hizo hombre.
Rompí amigos, destrocé sueños,
Busque esperanzas, aventé compañías,
Frecuente placeres, escarbé ciudades,
Y no encontré
Al hombre amigo.
Vacié el tiempo, llené los días,
Buscando al hombre amigo.
Volé al mañana, mate el hoy,
Regresé al ayer.
Y era ayer donde estaba
El hombre que me hizo hombre,
El padre amigo,
Dormido en el sueño
De un hijo crecido.
Augusta seriedad del que ya es. |