ya ni se soportaba a sí mismo, no quería tener más ideas, menos de esa vida asquerosa que acostumbrava a llevar, despreciando a todos, siendo un ser desagradable y poco simpático por el puro hecho de ser un frustrado.
Tenía lo que quería, menos a alguien, ni si quiera a un amigo. ¡No! Nunca había tenido un amigo, por que para él, su objetivo era triunfar, ser exitoso... claro, era un gran profesional, con mucho dinero, pero nada, nada que llenara su vida, y lo peor es que no sabía lo que era sentir ese buen calor.
Solo tenía esos vagos recuerdos de el amor que le entregaba su mamá, esos que retumbaban en su mente, y le dolían como jaquecas, eran como puñalasos en su corazón, el único sentimiento que podía vivir... pero sin saber lo que era.
Tenía la almohada cubriendo toda su cara, su pecho se hundía en el colchón. Le dolía respirar. Le dolía tanto !
...hasta que de repente ya no podía, se dió cuenta de que sus respiros eran cada vez más cortos y rápidos, y cada vez tenía menos aire...
Salió corriendo de la habitación de hotel.
Salió y rebotó en el piso.
Y todo se desvaneció |