Marcho hacia nosedónde,
en realidad marché hace ya tiempo atrás y aún caminando sigo.
Marcho pero sin marcha,
camino sin caminar,
peregrina inmóvil soy.
Cada amanecer anhelo más cada anhelo,
-sin ser explicita todo queda implícito-,
cada noche rasa, vuelo cual ave migratoria hacia allí,
hacia ti, hacia nosedónde;
sin rumbo fijo pero con objetivo claro.
Pero cadenas que me atan aunque niña soy,
pero paupérrima economía porque soy niña.
Adios niña, ahora -mejor así- mujer, amante, diálogo, ingenuidad, fervor, entusiasmo, pasión ...
volando cual hoja otoñal hacia tus ojos, pestañas, lunares y canturreos.
Sigo en marcha inmóvil,
alcanzarte quiero,
pero aunque te siento cerca me quedas tan lejos...
Ahora -decidida- marcho hacia nosedónde.
Peregrina de tu olor,
marcho con marcha,
camino caminando,
con rumbo fijo
y objetivo claro.
Quérote rapaz,
sujeto cristalino y obvio predicado.
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