De alguna manera necesitábamos
De esos días previos,
De ese tiempo que comenzó tal vez,
Un mediodía,
O antes, en una lectura lejana,
Nocturnal,
Amanecida de esperanzas nuevas.
Necesitábamos saber,
Si lo que éramos, no era mas que
Esos adolescentes
Que entre el temor y la timidez
Ocultaron deseos,
Ternuras y cariños en los años,
O si éramos,
Esos locos turbamultas rosarinos,
Buscando un mundo,
Nuevo, diferente, de nosotros,
Amado y armado
Por nosotros, junto a otros, a muchos otros.
O si finalmente,
No éramos más que nosotros mismos,
Años después,
Muchos años después, muchísimos,
Vividos diferentes,
En mundos y zonas distintas y distantes,
Guardando cada uno,
Un pedacito del otro en el recuerdo,
Presente u oculto,
Pero recuerdo que dormitaba en el tiempo
Esperando de un día,
Para ver si amanecer era posible.
Si, sin dudas
Necesitábamos de esos días previos,
Para que tu confianza
Descansara en mi confianza ya dada,
Para que tu boca,
Mezquinada a regañadientes y a ocultaboca,
Se rozara accidental
Un día con la mía y fuese siempre mía.
Para que mi mano,
Sintiera la frescura de tu piel y tu temblor,
Y tu erizarse
En sensaciones nunca antes percibidas,
Sentidas,
Tal vez soñadas desde hace mucho tiempo,
Por los dos,
Por ambos, separados y juntos, esperándonos
A que llegue,
A que inexorable, inclaudicable, inevitable,
Llegue el día,
En que volvamos a encontrarnos definitivamente,
Con nuestra vida,
Tan transitada, vivida, sufrida y gozada por los dos.
Esos días previos,
De encontrarnos a cualquier hora y lugar,
De buscarnos,
De tratar de recuperar, café por medio,
Tantos días,
No vividos juntos, no compartidos,
Perdidos,
En las otras vidas que recorrimos viviendo,
Cada uno
Sus verdades a medias construidas, armadas
Con retazos
De lo que queríamos y aún queremos.
Esos días,
En que nos fuimos acercando a lo que debíamos
Haber sido,
Y no fuimos, por no se que destino no fuimos.
Y un día,
Cualquier día de esos días previos, anteriores,
Tu deseo,
Y mi deseo se contuvieron a duras penas,
Y ese día,
Descubrimos que ya en algún lado, desde siempre
Estaba escrito,
Que no seríamos vos y yo, ni nosotros, sino
Que seríamos
Uno mismo en dos cuerpos, mujer y hombre
Dos caras
De un mismo cuerpo en dos rostros, en dos vidas.
En esos días previos,
De recorrer calles mil veces recorridas, pisadas,
De mojarnos
Bajo lluvias que otras veces ya nos han mojado,
De acariciarnos
En paredones, en sillas, en ocultos rincones
Reconocidos
Solo por nosotros, por ambos, en secreto
O dicho a voces,
Que los demás no entienden, premeditadamente
No entienden,
Porque lo hacemos oculto para disfrutarlos,
En la picardía,
De mostrar un secreto sin decirlo, sin que lo vean
Y disfrutarlo,
Gozosamente disfrutarlo, paladearlo, anhelarlo,
Gozarlo
En esos días previos que nos acercaron lentamente
Al vos y yo,
A esos cuerpos que juntos viajaron felices y dichosos
Al pasado,
Al tiempo en que esperábamos amarnos con amor,
Con ternura,
Con todos los años a cuesta y todo el amor a cuesta,
En la lomada,
O en la prestada cama de una siesta capitalina
En la que los cuerpos
No fueron dos cuerpos sino uno, en el otro,
En los temblores,
En la respiración entrecortada, en el sudor
Desatado
De ataduras inmemoriales que se desvanecieron,
En una caricia,
En sentir tu carne en mi carne y mi carne en la tuya,
En sentirnos
Uno en el otro, como si desde siempre, desde antes
Fuera todo así,
Como en esos días previos que nos debíamos
Y nos vivimos
Caminando, charlando, mirando o buscando
En el dos por cuatro
Todos los tiempos pasados de esos días previos.
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