No sabes lo bien que se ve de acá el suelo, extraños caminando, el viento es mas fuerte y la adrenalina sube haciéndome sentir que me voy a soltar.
Entre por el pasillo, el moño de mi vestido se volaba, pero no podía soltarse, sujete mi sombrero y camine en puntas de pie para no despertarte, abrí la puerta con una sonrisa, apenas llegaba al picaporte, mire hacia tu cama y estabas acostada, así que cerré la puerta muy lentamente y sin que nadie estuviera puse un dedo en mi boca como diciendo silencio; me acerque acomodando mi melenita detrás de las orejas; tenia ganas de apoyar mi cabeza sobre tu panza y sentir el calorcito que daba, tome tu mano y estaba fría, pero tus ojos seguían abiertos, creí que estabas jugando, di la vuelta y me acosté junto a ti, todavía conservabas el aroma a mama.
Cuando desperté ya no estabas, busque a alguien que me dijera algo, pero al ser chiquita nadie contestaba, fui por tu camisón, ese que ibas a darme cuando sea grande, lo puse sobre mi almohada y solo sentí tu olor.
Era lo único que quedaba mientras papá tapaba tu cara con una sabana que no te gustaba, grite mucho para que no lo hicieran, pero volvieron a ignorarme.
Ahora espero todos los días volver a encontrarte, ya no camino despacio, pego fuertes golpes para que todos puedan despertarse y mi pelo es largo, muy largo, como los años que pasaron sin vos.
Una vez mi hermano fue a buscarme al jardín, al volver a casa dejo que me hamacara en la plaza, compramos unas galletitas, y me contaba que tuvieron que llevarte, pero que pronto ibas a volver, no sabía bien de que hablaba, solo le decía todo que si, y a veces escuchaba a personas grandes que decían:"pobres chicos, con quien van a quedarse", pero tampoco entendía, ellos solo tocaban mi cabeza como si tuvieran lastima de mi.
Nosotros sabíamos que te gustaban las piñas que largaban los árboles así que a veces en las tardes íbamos a juntarte muchas para que las pongas de centro de mesa; era lo único que ahora hacia por vos y me sentía orgullosa …como que ya había cumplido.
Pasaba poco tiempo con vos, a veces en las mañanas, la abuela me decía que vaya a verte, y siempre recuerdo el día que te internaron, esa fue la ultima vez que apoye mi cabeza en tu pancita, todavía daba calor; yo tenia un teléfono rosa de juguete, lo mirabas mucho, te levantaste y forcejaste conmigo hasta sacármelo repitiendo otro nombre; caí al suelo y llorando te dije soy yo mami … Sarita
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