De enormes ojos he tenido en mí su mirada
Acarició su mejilla mi callosa palma
¡Me lastimas niña! ¡Me lastimas!
Te lo digo en un lamento que suena a gemido
Y mis embates caen como en este cuerpo
Que es mi arma, mi destierro
El instinto se daña cuando ve cicatrices
Pero ahí está no se amilana
¡Saldré corriendo!
Eso alego; y, sin embargo, me quedo
.
.
.
Una camisa
Un pantalón
Un par de zapatos
Ahora me voy
¿Es la hora?
¿Y el precio?
Ya lo pagué
Al comienzo
Texto agregado el 05-03-2006, y leído por 128
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
21-03-2006
Ey! Hay un cambio de ritmo, muy, muy bueno y terriblemente idóneo para el tipo de texto que has escrito. Me encanta el final. Realista a más no poder. sidd
05-03-2006
Personal, bien escrito. "... y, sin embargo, me quedo..." (un abrazo)
Thais
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