Las historias de los Dioses no tienen comienzo.
Decir lo contrario es negar su misma esencia.
Es por eso que este capítulo y los siguientes no llevarán número.
Podemos decir, para dar un orden humanamente cronológico, que nuestro relato empieza con la Diosa Nadial descendiendo a las cavernas de Jelad, el Infierno comandado por el Dios Babío.
Ahí podemos verla, caminando entre las almas condenadas como si estas fueran simples flores que se retuercen.
La belleza de Nadial pone de manifiesto todas las miserias de los atormentados y los ayes se multiplican por la caverna, anunciando la presencia de la Diosa. Para describirla, baste con decir que sus labios son la representación exacta de la flor borgiana en el oscuro reino.
El Dios de las Cavernas sonríe. No es muy común que tenga visitas, y mucho menos tan agradables como la de Nadial. Es por eso que cuando ésta llega al pie de su oscuro trono, se pone de pie en señal de respeto ante su igual. (Gesto del que ni siquiera el mismísimo Karlan puede vanagloriarse).
Nadial saluda con una inclinación de su cabeza y los dos dioses se sientan al unísono.
- Tu visita me honra, Nadial. Me gustaría creer que has venido solamente a platicar conmigo, pero estas cavernas también han sido sacudidas por los hechos de la superficie. Sé muy bien lo que quieres saber.
- ¿Entonces es verdad?
- Sí. Cerworn quiere volver.
- Pero esa noche en que el triunvirato de los Dioses hizo eso...
- Esa noche, Karlan, Natook y yo decidimos que Cerworn no debía existir más. Es por eso que todos sus templos y sacerdotes fueron destruidos.
- Eso lo sabía, pero nunca supe el destino final de Cerworn. ¿Adónde se encuentra? ¿Cuál es su exilio?
- Eliminar a un Dios no es muy simple, Nadial. Esa noche, los tres usamos por única vez nuestros poderes en forma conjunta para lograrlo. Para darte una idea aproximada de lo que pasó con Cerworn, te doy un ejemplo: Imagina una hoja de papel con los colores del arco iris. Los colores son los Dioses y la hoja es el universo. Para eliminar un color definitivamente, no puedo simplemente borrarlo o pintarlo con otra tonalidad, porque siempre estará de una forma u otra. El modo correcto para esta acción es cortar ese color en toda su extensión y pegar los bordes de los dos colores que lo rodean. En síntesis, eliminamos todos los planos adonde puede estar Cerworn.
- ¿Entonces por qué el mundo da señales de que ese Dios está volviendo, si no tiene lugar para retornar?
- Tiene un lugar. - Los ojos plateados de Babío se entornaron antes de volver a hablar. – Uno de nosotros.
Al principio la Diosa no entendió las palabras, pero cuando lo hizo, el horror la estremeció. Cerworn estaba golpeando las puertas del mundo con sus garras y el cuerpo de un Dios lo albergaría en su nuevo reinado oscuro. La “reencarnación” estaba por producirse y esta vez, el triunvirato estaba desunido para enfrentarlo.
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