Déjame decirte que ya me he visto en el espejo, de alguna manera Él se me reveló; sí, mi Padre...

Déjame decirte que Él no es humano. No, no es el mismo que Él de Jesús. Jesús tenía el suyo propio, que era o es su Padre. Pero su Padre y el mío son distintos..., me refiero a las entidades, no a los significados. El ""Padre"" de Jesús significa lo mismo que el mío, pero, como ya te dije, no son lo mismo. Al Padre en la India lo llamaron ""atmán"". Jesús le hablaba a su propio atmán que es su Padre y, como te cuento, yo he visto el mío. Así que créeme que no me creo Jesús, más Juan me creo, en serio; pero créeme si te digo que escandalosamente entiendo a Jesús. Lo escandaloso no es decir que lo entiendo, lo escandaloso es que nadie lo entiende. En realidad Jesús es como un Hermano que ha sufrido demasiada tergiversación debido a un exceso de propaganda.

Pero no es eso lo que quiero contarte... el Bicho cambia; sí, mi Padre, ese Él que se dio el desperdicio de formarme aquí para esta vida, no sé para qué... creo que sólo para pasar el rato porque creo que para ninguna otra cosa más sirvo.

Sin embargo mira que se me reveló ante el espejo y me presentó todas sus formas, desde lo más parecido a mí, hasta las bestias menos humanas que podrás o no podrás imaginarte... una serpiente, un murciélago espacial, una nube oscura ocupando un firmamento allá lejos en el Erebo y me enseñó los trucos de los cambios de forma, asombroso, no preciso morir para volverme otro. La serpiente es una experta en mover sus chacras, es posible elevar toda la energía del chacra del sexo al pecho. Automáticamente la forma de la energía del cuerpo cambia, también la animosidad y, consecuentemente, lentamente, también el aspecto físico y lo que se transmite. Los trucos de la serpiente me permiten cambiar de aspecto hasta hacerme irreconocible, me enseñó a cambiar mis energías frente a un espejo y, ¡es más!: me transfirió energía de ella. No, no hay ningún error en llamar ""ella"" a uno de los aspectos de Él, de mi Padre,

... como en este dedito, en este pulgarcito de Mí no cabe, no es posible, contener toda Su energía, debo contentarme con ir experimentando cambiando de a ratos como si yo fuese capaz de ir experimentando constantemente cambios de repuestos.

... sin embargo no pudo darme su última forma y para nada me importó, pero date cuenta de que te estoy hablando únicamente de mí mismo... de aquello en mí que abarca más de lo necesario. Sin embargo puedo cambiar lo necesario y hasta hacer cosas, jugar, desde lo necesario. El murciélago me demostró que no hay pérdida cuando lo necesario (lo que de mí conoces) cree o siente estar perdiendo... todo lo posible en mí cabe dentro de sus alas, y sobre lo imposible vuela... es así como puedo ir hacia ti y hacia cualquier otra parte... presentándome ante ti más allá de esta vida y más acá de la muerte, como un chico congruente.