La cosa es simple, la vida siempre se encarga de reírse de uno cuando se te ocurre pensar que ya lo tienes todo resuelto y lo manejas a tu antojo. Entonces viene ella, la muy puta, y te deja reducido, insignificante y ridículo sobre su estrambótico escenario.





-“¿Qué tenemos aquí?”- Preguntó uno de mis colegas al hallarme tirada en el descampado, lamentablemente muerta, incómodamente boca abajo, completamente desnuda, y extrañamente aferrada a un curiosísimo fósforo quebrado. Entonces terminó la frasecita con la torpe pregunta de siempre:

-“¿Está muerta?”... Es casi una ofensa, llevo días aquí tirada, no podría estar viva con la piel en éste estado, idiota, pero en fin, creo que yo pregunté lo mismo al ver al sonriente ahorcado de calle Libertadores #154 provocando la vergonzosa (para mí) risa de todos los presentes en la horrible escena. Definitivamente, somos colegas.


-¿Estás seguro que es Cecilia?

-¡Pero claro, hombre! Aunque tenga la cara destrozada, le reconozco las greñas teñidas de rojo fuego y ese lunar en el culo que más de algún beso me robó.


Así de repente, la escenita de mi muerte se tornó divertida para este ramillete de pendejos, siempre me miraron a huevo por ser hembra y seguro que les va a dar mucha paja tener que hacer una buena investigación del accidente y van a decir algo así como “Muerte natural. Caso cerrado” o “Se andaba mostrando la muy puta, hasta que un tipo se sobrecalentó, la violó y la mató. Crimen pasional”


-¿Dónde mierda están sus ropas? ¿Todavía no las hallan?

- No están por ningún lado, al menos no en un radio justificable, tampoco hay huellas, nadie ha caminado por acá, tampoco de algún vehículo de donde podrían haber arrojado el cuerpo. La cosa está jodida.

-¡Ahhhh! Mira cómo nos da trabajo la minita ésta, tráeme la sillita plegable del auto, que me tiene loco este dolor de espalda. ¿Quién te va llorar Ceci? ¿Viste que de algo te servía un novio? Cierto es que yo estaba muy mayor para ti, pero no viejo de mierda cómo decías cada vez que tiraba una manito.

-¡Tenía un culo hecho a mano esta Cecilia!

-¡Deje de mirarla así, su caliente de mierda! Vaya a buscar una cubierta y tápela de una buena vez, no vaya ser que encima le dé un catarro a la pobrecita.


Siempre es triste darse cuenta de que los que se desempeñan en tu área no son capaces de solucionar nada relacionado a su especialidad para cosas personales, un detective es totalmente incapaz de hallar sus llaves de la casa, pero hallará en segundos las de la vecina en el patio de su amante. Lo más triste es notarlo estando en sus manos. El cirujano siempre le tiene terror al quirófano.


-¿Alguien tiene idea de dónde quedó el fósforo que tenía la Cecilia en la mano? ¿Pero qué mierda le pasó a esta mina? Muerta, desnuda, no hay huellas, ¡¡Y con un fósforo!!... ¡Qué putada! ¡Esto no va ni de broma a la prensa me oyen! Hablando de fósforos... ¿Alguien tiene fuego?

-El fósforo ése estaba en una bolsa plástica... seguro lo hallamos luego. Por lo demás, ya tenemos la autorización de levantar el cuerpo. ¿Lo retiramos?, Aquí tengo un encendedor.

-Sí claro, levanten que ya me dio nostalgia. No, no, Espera que me acabo el cigarro y nos vamos, que vengan los practicantes y le den un último vistazo al lindo culo de Cecilia, y mientras tanto que me vayan arrojando ideas de lo que pudo haberle pasado. Eso sí, con esfuerzo, pelotudos, recordando siempre que con éste bello ejemplar se extingue el último de los buenos culos naturales.


Este es el peor momento, donde un montón de tarados, me comienzan a inventar muertes, pero es cada vez van saliendo más tarados los detectives... ¡Que mierda le pondrán al agua en la escuela! Aparte de ser ineptos están a cargo del inepto mayor, de DON INEPTO, que se fuma su cigarro y me está inventando algo rápido y creíble, porque sabe bien que la verdad no la va a saber nunca ni tampoco le quita el sueño saberlo, sabe que me voy a convertir en un mito urbano y que él siempre va a negarlo. Y lo peor, sabe que va a tirar ropas mías por ahí y las va a descubrir el mismo.


-¿No se les ocurre nada? ¡Ahhhh... que tarados! Yo ya tengo una idea.

-¿Podría compartirla, señor?

-¿Me estái weando? Ni cagando, después me la roban, resuelven el caso y se llevan las hurras. No señor, yo me voy a morir de viejo, no de weón. Levanten todo que ya me pusieron de mal humor.


Así comienza el poco romántico proceso de jalarme del pelo para levantarme con asco, a la bolsita plástica y listo. Luego a cagarme de frío unos días a la morgue, con la etiquetita en el pie que siempre hallé muy fea, hasta que por falta de espacio me tiren a la huesera o, con peor suerte, a la facultad de Medicina. ¡Quién mierda va a reclamarme!


-Esta vez dime la verdad, weón, ¿Cuánto nos tardaremos en llegar a la cuidad? ¡Dos horas! Por la cresta. Aprovecho de redactar el informe ahora. A ver... ¿Qué te gustaría más a ti? ¿Muerte natural? ¿Violación y homicidio? ¿Suicidio? ¿Sólo homicidio? O femicidio cómo decía esta cabrona.

-Yo que sé, violación. Quizás.

-Jejejeej... ¡Eres un cerdo, eh! ¿También te hiciste cariñitos pensando en la Ceci? ¡No me digas que te la cogiste! Que me dan celos post mortem.

-No, la única vez que la cogí estaba muerta.

-Jajajaja.. ¡Qué humor de mierda tienes! Entonces le ponemos lo de violación en homenaje a lo bien que cogía la descarada. Ya veremos lo del semen... ¿Tienes algún enemigo? Hazle una corrida y guarda el semen en un frasquito, de todos modos va a quedar contento.


Así comenzó a escribirse mi muerte, muy simplona para mi gusto, pero qué más da. Sucede que, según este tarado, me fui de fiesta o a putear y me empecé a calentarle al agua a unos tipos en la barra, para luego tomarme el “tecito” con los tres, los tipos me invitaron varios tragos (lo del alcohol me lo agregan luego) y luego me fui a pasear en su carro, nos bajamos y caminamos por el descampado y ya es obvio lo demás.


- Ya va tomando forma el crimen este... Lo del fósforo lo olvidamos, quizás quería fumarse un cigarro. ¿Cuánto falta para llegar ahora? ¡45 minutos! Pero qué rapidez mental la mía...


Qué rapidez ni que mierda, a usted jamás se le ocurriría ni jubilado ya, que yo este fin de semana con una amiga nos rentamos... ¡Que va! Ni siquiera te lo voy a decir, pendejo... eso sí, lo del fósforo quebrado resulta por... ¡Joder! Ni muerta se me quita lo bocona... No señor, a este tarado no se la soltaré nunca.

- Ya está listo el informe. Está acreditado por ti y por mí. Casos como éstos se dan mucho, es que deben cuidarse más las minitas como Cecilia.

-Así es, mister. Así es.

-Joder, chica, te perdimos en la brigada, qué buen elemento y se fue por el caño. Bueno, Cecilia, ahora le damos el remate final...


Por favor, Concédame el honor. “CASO CERRADO”


-“CASO CERRADO”.