En ti todo amanece, besando al alba los pétalos de mi vientre, claridades de párpados, rocío vehemente del crepúsculo. Adivina mis placeres, permíteme en tu rostro acariciar los despojos de la noche. Un atardecer de sentidos. Una eternidad entre extraños.
Texto agregado el 02-03-2006, y leído por 118 visitantes. (2 votos)