Silencio! no escucho su pasos,
no habla mi alma, tengo miedo
he perdido el rumbo, los sueños,
hay gritos y sofocos
que me atan a la tierra de los vivos.
Escucho la necesidad del dinero
de un cuerpo en pleno frío,
callo, reclamo, duermo, evado,
sus pasos logran calmar el
ansia de lo que no es y nunca será,
ahi viene, es el, no lo escucho.
¡Silencio! pido a minutos a la loca
situación, mundana esquiva de lamentos
y devoción de tenerle cerca de sentirlo
lejos, quiero escuchar mi juicio donde
se me libere o condene.
Hay gritos, y no es su voz, hay
silencio y solo soy yo, en silencio
una vez más. |