Inicio / Cuenteros Locales / Soli / texto#68
Tenía que sacarse la cosa del niño. De una falta de puff que le entorpecía la vida ya que esperaba reacciones de los demás.
El encuentro con la mujer que siempre quería tener la razón y el muy tonto se la daba ¿Por cortesía? Eso era lo que el tonto tenía que querer saber. Pero ella manipulaba tanto, empujaba la realidad a un extremo tal, que solamente con la antipatez podía uno salir de ella, lo hacía insistiendo.
Un “Nunca nos conocimos” porque cada uno esperaba el salto del otro “Sí, pero entonces no insistas y respeta os gestos”. ¿O sería que cada uno poseía una realidad distinta y la comunicación sin entendimiento sólo podría ser suicidio? En tal caso tendría que haber un intento de entendimiento porque a carencia de él cualquier intento de comunicación sólo podría ser suicidio. El intento de entendimiento sólo podría ser logrado a través del silencio y la honestidad (para eso tendría que haber primero intento de honestidad) y el intento de honestidad sólo puede venir con el ser honesto primero con uno mismo.
El empujar la realidad a través de la insistencia para conseguir la razón es en primer lugar una falta de educación, en segundo lugar deshonestidad y en tercer lugar la soledad más absoluta, junto con un deseo estúpido de querer darles la razón a los demás. Falta de presencia o abuso de presencia.
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Texto agregado el 28-02-2006, y leído por 117
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