Inicio / Cuenteros Locales / titote / Alguna de mis pequeñeces puestas en fila
I
RECUERDOS:
La pared ondulante de la casa de la Anita durante el gran terremoto de 1985 los llantos de la gente y el miedo que olía a humanidad húmeda después el silencio y la oscuridad: mi abuela María en su lecho de muerte tranquila esperando que la pusieran en el cajón con su vestido verde/ sus zapatos nuevos la prótesis dental con sus dientes de oro y los anteojos para leer: una calle con tantas puertas inútiles muchachos borrachos hasta los vómitos luego de una noche inolvidable en casa de Mónica/ tendidos con Loreto en medio del potrero con una luna distorsionada y blanca/ saliéndose de las órbitas de los ojos de la esfera del reloj de los calendarios: (una mala vida de poeta traspasada por el amor un mal amor hecho mierdas por la mala poesía) enterrado en el barro de la calle donde vive mi hermano o la primavera repoblando la mirada en El Totoral la belleza virginal de los amigos muertos
una vigilia de navidad donde me regalaron un go-car y un oso de peluche
II
TERNURAS:
las miradas escapan por el canal
bajo el sauce donde colgamos las guitarras
a esperar que la muerte pasara con su galope
la primera mala palabra la recuerdo clarito
conchadetumadre
la recuerdo clarito como una mala noche
la campana de la escuela colgada en el palto
del patio chico / a saber: era de bronce pintarrajeado blanco
con una luna y una estrella en la punta
y por badajo un feroz perno
otra campana: las de la Iglesia San Francisco de cerro Barón
a cada campanada caían pedazos de óxido
algo así como caspa rojiza y centenaria
otra campana: una campana de carne en un libro en francés
ella acurrucada en mi costado con su boca roja
y el miedo a la represión Pinochetista
el miedo no tiene campana
AMORES:
las sombras tatuadas en el medio día de un verano
Cartagena: todos los niños pensábamos que el mar
cabía en la vivencia de un solo verano
caminaba por la terraza de la mano de mi Papá
y compraba soldaditos y vaqueros de caballos blancos
como las lagartijas me tiendo al filo de una mañana de sol
acabo de cumplir 20 años
Jimena se tiende en mi cama como en un campo de grano
mandarle saludos a la pecosita del curso: morir de amor
despacio y en silencio/ la leche con milo a la hora de onces
la muerte del Chico: la palabra más dura de las dichas
el miedo no tiene campana
APEGOS:
un día la mujer en mi costado sangró
copiosamente el fin del mundo
vino un alivio tremendo:
la vida es la más desgastadora soledad
Dos noches distintas:
la primera escucho al Dr. Mortis en la radio y tengo miedo
la segunda me dejo abrazar por Nápoles: y no tengo miedo
alguien que me conocía apenas me sugirió leer RIMBAUD
alguno con una intención clara me indicó leer NIETZSCHE
cualquiera del barrio natal me propuso leer CORTÁZAR
uno que pasaba casualmente por ahí me mencionó leer LIRA
la miseria se desviste al sol cada tarde
la fiebre incontrolable de la malaria
me agito como una bandera
que va perdiendo pedazos en el aire
dicen que la noche anterior he llamado a Nene
cuando soñaba que me miraba al espejo
y era la Maca antes de ser madre
una noche en Roma: pero no puede ser
porque estaba en Mozambique
el miedo no tiene campana
III
OBSESIONES
A Niko, a quien no conozco...
Nada más bello que la pobreza de un viejo desnudo
nada más bello que la fragilidad de un recién nacido
nada más bello que la primavera en la cara de octubre
o la sonrisa de quien ha dormido el tiempo justo
cada eslabón se sostiene en la cadena para romperse
la información que contiene mi cabeza debe estallar
para liberar el patrimonio genético en el universo
ovillado en la garganta del que da el primer llanto
nada más bello que un campo de trigo en la cabeza
de un loco que pinta cuervos con furia
el ojo izquierdo mira al pasado y está como ciego
el ojo derecho cuelga peligrosamente sobre el ahora
poeta era -según le dije a la Anna en un tren a Venecia-
un francotirador ciego que no falla nunca
como el invierno que siempre mata para sobrevivir y es bello
como las estrellas que en ocasiones se caen y son bellas
como ira del tiempo que hienden la piel y nos hacen bellos
llevándonos según el peso y la finitud de nuestros cuerpos
IIII
NOSTALGIAS
Acostumbro a hablar solo
sobretodo cuando camino después de la lluvia
por entre la inutilidad cierta de paraguas cerrados
y la frescura de la tarde se torna tristeza
en mi nace un pequeño siempre después de la lluvia
un niño que nace después del beso de los enamorados
o por entre las piernas de los ancianos esperando el tiempo
sentados en el parque convencidos que las palomas
son lo único que los mantienen atados al suelo
un niño único y solitario que juega a cosas indecibles
que debajo de la mesa del comedor llora cuando escucha
la Penélope de Joan Manuel Serrat (mujer triste además de tonta)
o que persigue una mariposa para ponerla a volar
entre las páginas de alguno de los volúmenes
de la Enciclopedia Británica
Ese niño que levantaba al alba de la primavera
para repartir flores de mentiras en los jardines de la verdad
corriendo contra la muerte o jugándose la vida
en una hoja de papel que no conocerá el viento
cuando llueve la muerte parece haber sido vencida
el niño nace pequeño por entre mis narices
y el miedo pareciera que no tiene campana
© Derechos registrados
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Texto agregado el 28-02-2006, y leído por 174
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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22-06-2007 |
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No sé qué haces, Tito, sin publicar... Hay tanta vida integrando experiencia y pensar en este texto, tanta lucidez para arrancarle lo inefable a lo indecible... ¡Por la cresta! Regálale algo de este tesoro a quienes tengan oídos para escuchar, aunque sea en papel roneo. vacarey |
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08-06-2007 |
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Este es un excelente texto, bien dirigido, matizado, buen cuerpo, me encantó mepm |
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