Ámame mañana de nuevo, tú que me regalas la libertad de ser amada, sin hipotecar mis sentimientos en una aventura sin novedades aparentes, desnúdame con la ternura que has adquirido por tu largo caminar en abismos, pero que en mis carnes es virgen de costumbre porque tus manos son vírgenes de costumbres al tocarme. Acaricia esta piel que solo tu sabes que es suave y déjame muda ronronearte al oído cuanto me curas el alma, te lo diré mañana sin palabras cuando vuelvas a besarme y no será un pago a tu amor, no será un intercambio de dolores, no serán palabras que responden a otras palabras que se guardan en la memoria hipócrita que se adquiere al crecer, las mías serán palabras sin sonido que solo escucharas tu, que me has mirado a los ojos que tengo detrás de los ojos. Abrázame mañana aunque pasen meses. Cuando mañana vengas el tiempo será el que tú y yo conocemos y como conocidos nos perderemos en las calles, nos perderemos en los sonidos, en los sublimes sabores que transportan al espacio del sueño. Mientras que llega el mañana en el que tu regresas yo dibujare tu cuerpo, tendré semanas para moldear tus facciones en arcilla y me empleare en la unión perfecta de tu hombro con tu brazo…tu cuello…tu mirada fresca me acercara a la distancia y viajare a verdes bosques en los que el aire llenará mis pulmones de esperanza sin espera.