Si tan sólo un día yo fuese capas
de liberar mis sentimientos,
dejarlos escapar libres
hacia donde los lleve el viento.

Si tan sólo un instante me atreviese
a demostrar sin miramientos,
la emoción enardecida
que de tan sólo pensarle me domina.

Si un momento siquiera
osara mirarle a los ojos,
y que los míos le dijesen
lo que mis labios enmudecen.

Si tan sólo un instante permitiese
que todo mi cuerpo exhalara,
lo que en todo tiempo
ha querido expresarle.

Si, el mío es un amor cobarde,
callado; mas no por eso tenue,
resignado, mas no menos intenso y duradero;
vive en la penumbra y sólo le corresponde la certeza de que no dejará de ser secreto.