Siempre me mirabas con esa maldita expresión de desprecio, de odio e indiferencia. Por eso tuve que decapitarte. Curioso me resulta que ahora que tu cabeza flota en ese gran frasco, tus gestos sean tan apacibles y bellos. Me es difícil dejar de besar el frasco...
Texto agregado el 28-02-2006, y leído por 254 visitantes. (9 votos)