Cuando quiso ser un niño, lo rechazaron por menesteroso. Robó para comer y fue rechazado por la sociedad y perseguido como un delincuente. Quiso ser un hombre común y corriente y lo rechazaron por sus malos antecedentes. Sin panorama alguno por delante, se refugió en las sórdidas callejuelas del delito y en un entrevero con otros seres tan perdidos como él, fue muerto de un certero disparo en la cabeza. Su corazón fue extraído de su pecho para ser colocado en la cavidad de un hombre decente. El órgano aún no ha sufrido rechazo…
Texto agregado el 27-02-2006, y leído por 351
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