Recuerdo despertar, de tu mano y abrazo compartidos,
recuerdo caminar las dos manos más entrelazadas que nunca
en esos días aquellos en que todo era más feliz, más duradero.
En esos días aquellos en que verte tornaba todo de azul,
recuerdo que te miraba tranquilo, aún y con la prisa diaria,
porque mi tranquilidad eras tú, entonces nada me faltaba pero no lo supe.
Porque siempre es tarde para hacer lo que dejamos pendiente,
y en esos días aquellos que tanto te amaba, me faltó amarte más,
me faltó convencerte, para que me amaras del mismo modo.
Esos días aquellos que un buen día fueron presente y futuro,
no lo serán nunca más como no eres tú ni soy yo sin nosotros los mismos,
porque cuando algo pasa deja su marca, pero no da marcha atrás.
Cómo he crecido a tu lado, madre mía, mujer de mi vida y desvelo,
mujer que me dió y da la vida, pero que a tu lado de estaré,
por más que lo quiera el tiempo, a tí nunca más regresaré,
porque tú te has ido. |