El miedo recorre mi alma
La pobreza, toca mi puerta
esos ojos perdidos la mirada divagante y perturbada
Un prologo conocido algo gastado y unas sandalias sucias
Una chompa rasgada de vejes y un poco de tierra en los cabellos
Pedías leche, pero pedías mas que eso suplicabas socorro
La necesidad toca la puerta y uno la mira ajena
Que calamidad cuando el destino te hace tocar el subsuelo
Cuando el olor de tu carne sé pudre en las calles del abandono
Hay callejones olvidados para cada mendigo
Me volví indiferencia al cerrar mi puerta
No te culpo por tocar timbres
Pobres o ricos tocamos fondo
Estas asustada y yo me asusto ante la impotencia
No puedo hacer nada
Esto pasa afuera mientras yo aquí adentro trivializo la situación más simple
Creyendo de mi mal el peor
Cuando afuera mueren de hambre, de frío, de olvido...
Tu miseria no se compara a la miseria de mi alma al cerrar esa puerta.
Texto agregado el 26-02-2006, y leído por 100
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
01-03-2006
Muy bueno. poetoide
26-02-2006
Muy buen texto; pero siempre que leo lo de alguien más, no puedo evitar preguntarme: ¿qué ha vivido y qué es lo que ha hecho está persona que aún desconozco?
Ojalá tuviera el don de callar a mi curiosidad impía, si no fuera por la voz narcisa de quien quiere verse representado en los sentimientos ajenos... luto13_
26-02-2006
Quizá sea el sentimiento de madre, cuando sales de casa a la realidad, lo que corroe tu interior;
y la indiferencia de la gente es la que va matando el alma... ***** lvob-angelus
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