Afuera las estrellas como siempre lo había sido y el viento sacudiendo las ramas. Y los recuerdos.
Me gusta hacerlo así porque así es como siempre lo he hecho. Así es como lo recuerdo.
Los vientos, los suspiros, y pronto las conversaciones escuchadas en el aire (cuando una conversación es pura, cuando emana del cuerpo las voces se vuelven fuerzas que pueblan el aire y se acarician con sus deseos. “Hola hoy soy yo y ahora soy ahora”). Y con un poquito más de fuerza y de inspiración proveniente de la contemplación de la belleza aparecen nuevos seres, que juegan en las ramas, que saltan de hoja en hoja, que brillan en el aire y que bailan con el viento y cuando nos dicen hola es porque lo merecemos
Hola
Y baila y baila y baila porque el aire se llena y el aire se llena porque baila y cuando baila nos muestra sus secretos que son como la caricia del viento “Soy lo que siempre he sido y por eso existo y en todas partes que aparezco soy bienvenido. Cada uno de mis gestos es una representación de lo que compone mi existencia, en mi baile me explico a mí mismo y cuando estoy de buen humor explico el origen de mi existencia.