Reivindicando las sesiones de magia astral en las que nos sumergíamos de niñas detuve por un instante la brisa que atravesaba por entre las hojas de un libro olvidado.
no hay manera de asir esas letras sino es sentada a la sombra del pino, los ojos cerrados y el conejo del reloj brincando apresurado persiguiendo a no me acuerdo.
las niñas ya no cantan ni juegan con muñecas- dice la abuela entristecida-
marañas de pelos del gato blanco que duerme en el sofá en que a la noche descanso, jirones de infancia desprendiéndose de las paredes vacías...porque una vez quise cubrirlas y los adornos me agotaron, deperezándome al unísono con el grrrrrrrrr felino las voy mirando y poco a poco me invaden deseos cosquillosos de ver en ellas algunos cuadros.
por ahora las copas y los libros y los discos y las lapiceras y la puerta que se abre y la luz a medias y las ganas de que te acerques a besarme como si no nos conociéramos y nos moviera el fuego.
de fondo lloraba un bandoneón y de frente tu mirada.
Texto agregado el 25-02-2006, y leído por 100
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Lectores Opinan
07-04-2006
Una narración muy linda que deja ver momentos pasados, me gusto***** clear_su
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