A vos, Aire. siempre serás Aire 
 
Mujer: ¿alguna vez ha pensado en el tiempo, 
En las horas, minutos, segundos y distancias 
Que existen a diario en este horizonte? 
Un horizonte de ambos que diario ve salir 
Nuestro rayos de sol y se topa nuestra luna 
Como fiel testigo de esta inagotable Noria. 
 
Todo se conjuga en un instante en  que 
Los dos cabemos y también nos conjugamos 
Somos partícipes de andanzas peregrinas 
Estamos unidos al tiempo y no hay remedio 
No nos queda de otra que vivir en nuestros sueños  
Y  soñar, crearnos, y adjudicarnos realidades 
Para que al momento de la congregación digamos: 
 
Este es nuestro tiempo Real 
 
¿a qué hora comienza? ¿a qué hora acaba? 
¿ a qué hora dejamos de ser nosotros, ambos 
esa mutua existencia donde usted existe en mí 
y yo subsisto existiendo en usted, mujer? 
¿ a qué hora dejamos de ser nosotros y somos 
de nuevo un par de indigentes, nada, non? 
 
¿alguna vez ha mirado su reloj 
sin sentir la necesidad  de verse presionada? 
Es allí cuando la invaden los nervios 
Se siente preocupada como si el tiempo no diera  
Prórrogas, como si 24 horas fuesen muy pocas 
Para sus deberes, obligaciones con usted misma      
 
Y aún con esto se molesta por el trabajo 
Las labores domésticas y estar bella y disponible 
Para cuando se preste la ocasión de preguntar 
¿quiere ir a bailar? ¿quiere ir al cine? 
Una caminata por el bosque, un helado en la plaza 
O un simple Réquiem con tostadas. 
 
Yo mientras tanto espero aquí sentado a que llegue 
Tan linda como siempre, esperándola callado, hastiado 
Para ver si en uno de estos días le sobra algo 
De su tiempo subsidiado y de nuevo podemos decir: 
Este es nuestro tiempo real. Sin que nadie nos moleste 
Ni el aire, ni el sol ni nuestro horizonte lejano 
 
Pero no se preocupe, no importa cuánto tarde 
Yo estaré aquí esperando, hasta el final 
 
Pues cuenta con todo el tiempo de mi mundo y demás.    
 
  |