Otra mañana de caos en La Plata, definitivamente la gente cada vez esta más enojada, apurada. En las calles los bocinazos suplantaron al canto de los pájaros, los gritos al saludo amable y cortés, llegar a trabajar es el descanso después de tanto ruido.
Sin embargo, vivo igual que hace 25 años, comprendí que no debo alterarme por cualquier cosa, que tengo que ser paciente e intentar sobrevivir en un mundo que nunca anhelé, pensé que sería diferente.
Hace pocos años que dejé de ser periodista, esa tarea me agotaba, ya casi no veía a mis hijos, a pesar de que por la bendita globalización estén todo el día conectados a la red. Ahora me dedico a realizar documentales, a viajar cuando puedo.
Mi esposo, por suerte comprende lo que hago y los niños también. Cada día trato de enseñarles que es importante estar comunicado pero no a tan altos niveles, como es ver a una persona cuando te habla por teléfono, antes no era así, tenía más privacidad.
Como contaba anteriormente, la sociedad demuestra estar todo el tiempo enojada consigo misma, a pesar de que entre las clases sociales hay un abismo, no existe la clase media, acá sos pobre o rico, aunque en el interior no es así, debo acostumbrarme en que en la ciudad capital lo es.
Viajar me ha permitido conocer mi país, su historia, entremezclarme con la cultura de cada lugar, cosa que ahora, como hace varios años atrás, la gente lo hace por internet, igualmente mantengo que no es lo mismo. Somos esclavos de un sistema altamente globalizado, a pesar de que miles de personas mueren de hambre.
Igualmente, esto era de esperarse, ya que a los gobernantes siempre les fue más fácil llevarse bien con las grandes potencias que con el pueblo. Por que los primeros eran los que supuestamente invertían en el país.
Definitivamente no es el mundo que soñé hace 25 años, lo pensé más feliz. La tecnología en vez de ayudar a relacionarnos nos aisló de las personas que tenemos al lado, nos dio herramientas para conocer el mundo y saber que pasa pero se perdió el poder del diálogo cara a cara, hizo a la sociedad más fría.
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