Un día se tuvo que haber roto nuestro pacto íntimo y sagrado de transmitir clara y transparentemente las emociones más profundas y privadas. Un día tú yo nos sentimos violados y ultrajados y ese día te dejé, no porque te culpabilizara de nuestra infortuna, sino para protegernos de la desdicha futura.
Hoy me reencuentro contigo, han pasado ya más de 10 años para tener la oportunidad de encararte. No se cuanto has cambiado, no se cuanto he cambiado, pero es definitivo los dos ya no somos los mismos.
Nos necesitamos mutuamente, yo te busco desesperadamente para reducir mi ansiedad y angustia, para transmitir lo intransmisible, para dar pistas y mensajes a lo que ha sido toda una vida indescifrable. Tú me buscas y me necesitas para encontrar y justificar tu existencia.
Que ironía, que alegría, solamente cuando cada uno de nosotros ha encontrado piezas claves para resolver este acertijo, la vida nos da la oportunidad de encontrarnos otra vez para vivir esta experiencia juntos.
Perdona mi ausencia y mi ignorancia, espero no hacerte daño, mis manos se han vuelto torpes por no practicar, por no tenerte al lado. Perdóname por no dejarte existir dentro de mí, y por matar uno a uno el fruto de nuestros pensamientos.
07/13/2005