Hay una manera entrañable, de muchas verdades que, a veces escapan de nuestra percepción sensorial, son tan válidas y posibles de aprehender como esa rosa, como esa flor de invernadero que cultivas, o como este zorro que “domesticas”.
¿Y por qué no?...el tiempo fluye y el destiempo deja de serlo, las culpas se asumen, los miedos se enfrentan…nuestra conciencia se reencuentra y desea seguir dando lo mejor de sí frente a cada oportunidad… la comunicación se retoma, y nuestros ojos como veraces fieles vuelven a dar esperanza, a brillar, a sonreír, dentro de una sensual intimidad que sabe a campos verdes infinitos donde poder jugar, descansar y amar, al lado del mar y una mesa con agua, miel y frutas frescas, bajo un atardecer arrebolado y violeta o superior, acompañando a las estrellas, al sol y la luna que cómplices brillan de día.
Hagas lo que hagas, digas lo que digas, pienses y expreses lo que sientas, sabes que, siempre, te estaré esperando con mis brazos abiertos. Te amo demasiado para sobreponer “lo pasajero” a lo esencial, en donde, realmente, se construyen las más hermosas relaciones de la vida: el respeto, el cariño y la comprensión.
ESCRITO POR MI AMIGO DANIEL Y SE BASA EN MI LIBRO FAVORITO: EL PRINCIPITO
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