En una de mis ya tradicionales noches de insomnio, leía en la madrugada varios textos de la página de los cuentos, y realmente me deja sorprendido la gran cantidad de talento que en ellas se encierra, pero esta noche sería especial….
Abrí con cierta parsimonia una página de alguien no conocido por mí, y empecé a leer más por curiosidad por el titulo, que por verdadero interés. Se llama “ mis primeros pasos “es breve, pero me agradó, me fui al siguiente de esa misma autora y entre a un mundo que ya había olvidado, en un mundo donde lo bueno es bueno lo malo es malo, pero siempre existe la reconciliación y la esperanza. El cuento se llama la brujita y camine por los pasillos de un castillo, sentí la mano de una hada que me guiaba….y por casualidad al pasar frente a uno de los inmensos espejos que adornaban las paredes, sorprendido me di cuenta que mi imagen era diferente, conocida si, pero tan olvidada por mi..el espejo reflejo a un niño, era yo.
Entonces me di cuenta que algo debería pagarle a esa hada que me guiaba por esos pasillos llenos de bruma rosa y tibia atmósfera.

Levante la vista de la pagina y me di cuenta que ahí fiel estaba un amigo que hace años no veía, que siempre fue fiel compañero y nunca me defraudo ni dudo de mi….mi soldadito de plomo….
Hola amigo.
Para mi sorpresa el se movió levemente.
Fije la mirada y efectivamente ese muñeco, que mis hijos veían como una medalla al recuerdo de una lejana niñez de su padre…se movía.
Pensé seriamente si la pepsi había sido adulterada por alguien de la coca o si mi cigarro era producto de un cruce ilegitimo entre su padre el tabaco y la marihuana.
Pero lo que fuera, el soldadito de plomo se movía.
---Hola fue su respuesta
Definitivamente tengo que bajar el consumo de pepsi.
---Tanto tiempo sin hablarnos.
¿Tú hablas?
---¿Ya lo olvidaste verdad?
¿Olvidar?
---Claro que hablo, acaso no planeábamos juntos esas épicas batallas, cuando tus amigos nos retaban con sus poderosos ejércitos y nosotros con ingenio, talento y heroísmo, los vencíamos…¿ya lo has olvidado?
Del descontrol, pase rápidamente al recuerdo.
---Acaso olvidaste también cuando me fuiste ascendiendo, hasta llegar a ser el general de todas tus tropas, ¡éramos invencibles!
Una sonrisa producto del recuerdo me afloro.
Cierto amigo, recuerdo ahora las grandes batallas, como buscábamos el punto mas fuerte del enemigo y ahí donde no lo esperaban..atacábamos
---Hermosos tiempos.
Claro que fueron hermosos..¿Pero que hago? Yo hablando a mi edad ¿con un soldado de plomo?
---No te apenes y menos te preguntes como es que hablas conmigo, solo te pido que recuerdes cuando nada era imposible, solo aceptabas las cosas que sucedían y las disfrutabas.
Apague el cigarro y tome un gran sorbo de agua, esperando que mi alucinación no fuera permanente, y se disipara con el agua y el aire puro ya alguien me advirtió que los excesos son peligrosos.
Sin embargo él insistió.
---No tienes idea de cómo extraño, cuando escondido en tu mochila me llevabas a la escuela, como también oculto en el bolsillo de tu camisa, te acompañaba al cine y veíamos juntos esas películas de guerra así como esas juntas en donde planeábamos todas esas estrategias para vencer a nuestros enemigos.
Pero tampoco olvido aquella terrible tarde que me ocultaste, por que una amiga te visitó en nuestro cuarto de maniobras, de ahí fui rodando, ya en aquella caja, ya en esa cómoda vieja, hasta que sin verme a los ojos, me pusiste en la repisa y jamás me volviste a dirigir la palabra. Hasta que hoy volví a ver ese brillo en tus ojos, esa luz que brota de lo más profundo de ti, por fin habías regresado, después de tanto tiempo.

No encontraba palabras adecuadas, fueron una avalancha de recuerdos, sensaciones y por que no decirlo añoranzas de lo que fui y no sabía en donde yo cambie ese camino y me aleje de ese mundo perfecto.

---Pero estas de vuelta, sin mucho cabello, algo de camuflaje en la cara y con cierta rigidez por falta de practicas bélicas, pero ya estas aquí, por fin.

Me olvide del proyecto que no salía, olvide también mi dolor de cabeza y disfrute nuevamente cada anécdota recordada, era el encuentro de dos amigos muy queridos que revivían sus hazañas y aventuras.

Hoy antes de prender la computadora, le doy los buenos días a mi valiente camarada, y a veces entre cálculo y cálculo, entre suma y resta, le cierro un ojo y le sonrió, y su respuesta es estupenda, se cuadra ante mí y grita fuertemente a sus órdenes mi general.





El que me inspirara este cuento, se lo debo a una hada de la pagina, ella cuando me permitió entrar en su castillo, también me permito recobrar algo que nunca debes perder, que es tan simple como disfrutar lo que la vida nos otorga sin tratar de buscar complejas explicaciones, para ti con todo afecto y admiración dedico este cuento mi dulce elidaros