Los pequeños Ted y Oso se habían levantado pronto aquella madrugada. Solo
eran las 3 de la mañana y ya tenían sed de sangre y visceras. Se levantaron
otra vez sin hacer ruido y cogieron las llaves de casa para poder abrir la
puerta por si les daba por volver. Ted se levanto otra vez para convencerse
de que lo había hecho.
- Quieres parar de levantarte, joder ya? - le espetó su hermano Oso.
- Bueno.
Así que tras levantarse, cogieron las llaves. Pero era muy complicado tener
todo el manojo de llaves entre los dos, así que se las repartieron. A Oso
le tocó ademas el llavero porque había tenido la idea y porque no había
perdido tanto el tiempo en levantarse.
Ted y Oso se pusieron algo de ropa de abrigo, porque en esa época del
año era verano y también porque vivían al norte de Alaska, y las noches
de estío en este estado norteamericano eran bastante frías. Abrieron la
puerta de casa y cuando se disponían a salir, la voz de su tía Emily (los
americanos viven con sus tíos, no con sus padres) les pregunto:
- A donde coño vais a estas horas ?
Y claro, con la voz de tía Emily venía el resto del cuerpo. Pero como el
cuento iba a acabar aquí, los pequeños pero inteligentes Ted y Oso decidieron
levantarse, coger las llaves, masacrar a sus tíos (que todavía dormian) y
entonces ya, sin peligro de despertarlos, salir de casa.
Pero en ese momento llegó el cartero. Puede que os pregunteis " Y que
hacía el cartero a esas horas?" Bueno, es que hay que tener en cuenta que
cuando son las tres en Alaska, son las cinco de la tarde en España. Y vol-
vereis a preguntar " Si, pero en España el cartero no llega a las cinco de
la tarde ", pero claro, es que estamos hablando de ALASKA, no de España.
Asi que el cartero les pregunto:
- Teneis hora ?
- Si, son las 3 y pico.
- Anda, pero si me faltan 6 horas para salir en el cuento - y se fué ( el
cartero).
Ted y Oso se miraron el uno al otro, se dieron la mano y se fueron cantando
y dando saltitos calle abajo. Entonces Ted le pregunto a su hermanito:
- Oso, has traído la pala ?
- Sí.
- Y las palancas ?
- Sí.
- Y...las tenazas ?
- Sí.
- Y...mmm...las cuchillas ?
- Si.
- Uuuh...y las llaves ?
Entonces Oso decidió que su hermano era prescindible y le empujó por un barranco
muy hondo, muy hondo que había justo detrás de el (de su hermano). Ted se
mató y además se hizo mucho daño, así que le dijo una palabrota (a Oso).
Esto le dio muchas risas a Oso, excepto esto último (que le dio muchas risas)
así que no le dio risa y los dos hermanos siguieron calle abajo.
Y así, como quien no quiere la cosa, llegaron al cementerio (los dos hermanos)
y va y sale un fantasma y dice
- Uh!
Y entonces va y se adelanta uno de los hermanos (no revelaremos quien de los
dos para no perjudicar su imagen) y le pego una patada en los huevos al
fantasma.
-Otia- dijo el fantasma, y se fué a quejar al vigilante (o sea,el fantasma
se fué a quejar al vigilante). Pero como el vigilante era el tío de Ted y
Oso, pues estaba masacrado y no estaba para nadie.
Así pues, nuestros protagonistas entraron al cementerio, sacaron las linternas
y se pusieron a cavar una tumba. Dentro estaba Ted (dentro de la tumba).
-Coño, pues si me has tirao por un barranco y me has matao...
Así que otra vez juntos los cinco hermanos, y como eran suficientes, pues se
pusieron a jugar al escondite (los cuatro), y como se perdió uno, pues ya
estaban otra vez solos los dos hermanos (Ted y Oso).
Pero todo esto es mentira, porque no habían encendido las linternas y vete
tu a saber en la oscuridad quien había salido de la tumba y quien había sido
el idiota que se había perdido jugando al escondite. Así que las encendieron
y fueron a buscar más tumbas (ellos).
Oso dió un paso para atrás, y como el barranco estaba todavía detras de
él pues se volvió a caer, pero esta vez le pilló otra vez desprevenido y
se volvió a matar, lo cual provocó las risas de Ted. Pero Oso dijo
- Pues te jodes que el que tenía el barranco detrás suyo eras tu.
Y Oso dijo pues vale, pero yo no he andado para atrás como un gilipollas,
y su hermano dijo vale, pero tienes que poner un guión delante de todo lo
que digas, si no no vale, y Oso le dijo que él también lo había hecho y Ted
le contestó que pusiera puntos de vez en cuando.
Entonces los dos subieron del barranco y volvieron a salir de la carpinte-
ría. Ted le dijo a Oso que de donde había salido esa carpintería y Oso le
pregunto que del mismo sitio de donde había salido el coche de bomberos, y
Ted le dijo que de que coche de bomberos estaba hablando y Oso le dijo que
no tenía ni idea pero que saltara deprisa.
Entonces el conductor del coche de bomberos les dijo, tranquilos, todo esto
no es más que un sueño. Entonces Ted dijo bueno, entonces no importa que me
pegue un tiro, y va y se pega un tiro. Entonces el fantasma, que era el
conductor del coche de bomberos, dijo no se que de que quien rie ultimo rie
mejor y Ted se enfadó un montón porque se había quedado con él. Pero como
eran unos chicos muy simpáticos pues enseguida se le fue el enfado a Oso.
- Claro, como no te has pegado tu el tiro...- dijo Ted.
Lo cual no dejaba de ser cierto.
En ese momento llegó el que se había perdido jugando al escondite y dijo
- Un-dos-tres-salvaaaaadooooo...
Claro, era el cartero. Entonces Oso le dijo
- Pero si no sale hasta las nueve de la mañana en el cuento, oiga.
Y dijo el cartero
- Ah, pero es que mañana es domingo y no hay reparto.
Lo cual era mentira, pero ahí queda eso.
Entonces los dos hermanitos, después de semejante juerga, volvieron a casa
entrando por la ventana y se acostaron.
A las nueve de la mañana siguiente el cartero es que ni pasó por su casa
(de los hermanos), porque nadie les había enviado nada, a sus tíos porque
estaban muertos, y a ellos por impresentables y psicodelicos.
FIN
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