Allá en el fondo está la ÚNICA palabra; se encuentra revoloteando entre las rocas y se mezcla con otras para extraviar la correcta conjugación, por decir lo que no queremos decir, y enredarnos, de esta manera, a nosotros mismos y al resto, con nuestro equívoco discurso.
Allá en el fondo está el TORRENTOSO río que de corrientes confunde palabras y que de peces sólo logra la vida con una sonrisa ajena del vientre, provocada únicamente por las mismas entrañas que espontáneas desgarran dolor, sin poder nadar, sin poder respirar, sin la benevolencia de echarse a un lado, y darle camino a otro. ((((((No es fácil, la corriente es muy dificultosa, las rocas…)))))).
Allá en el fondo está lo que NUNCA HEMOS QUERIDO VER, lo que nunca hemos querido saber que existe, lo que OMITIMOS, que EXISTE, que NOS MATA, a ojos cerrados, mudos, infelices.
Allá en el fondo está el TÍMIDO árbol que cerró sus ojos y que dejó al VIOLENTO-viento llevarse lo que quiera.
Allá en el fondo está la ÚLTIMA gota que en el patio de los colgados, se aferró a su madero, y no entregó su vida tan fácilmente, que vio a sus pares cayendo al piso, y fue valiente, mucho más que el resto, y que aguantó, aguantó, pero que al igual que todos murió; allá en el fondo.
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Acá sin embargo, estoy empezando. El fondo está mudo, y no tengo palabras, el río rasguña mis pies y estoy aterrado, por no hacer lo que quiero, y porque no entiendan lo que tengo que decirles. Tengo frío, ya antes me habían advertido de esto, debería haberme quedado en casa, tranquilo, allá en el fondo.
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