Esta oscuridad, este silencio, esta clausura, ya los contamos en días. ¿Qué estará sucediendo ahora mismo? ¿Cuánta gente habrá allá afuera? ¿Cuántos estarán intentando llegar a nosotros? ¿Tardarán mucho más en encontrarnos? ¿Provocarán más derrumbes con su búsqueda? ¿Qué será de nuestras familias?

Este subsuelo con alma de carbón pretende devorarnos. El aire pesa y por ratos es irrespirable. ¿Qué tanta concentración de metano habrá en estos momentos? ¿Quién ganará la carrera? En nuestra ceguera absoluta retumba el monótono giro del ventilador principal que impide que nos apaguemos. Algunos compañeros ya han llorado. Yo mantengo la esperanza y confío.

Desde las entrañas de la Tierra, como el gas grisú, explotan nuestras voces ahogadas. Crean en lo que crean, por favor… oren por nosotros.