Capitulo 3





Estaba esperando, preparando un viaje de practicas a New York junto con mis compañeros de la universidad, solo llevábamos una semana desde que unimos nuestras manos por primera vez, esos días me convencieron que ella era todo para mí cada día cada momento a su lado me convencieron que ella era una buena persona, sus sentimientos eran tan distintos a los míos pero aun así iban encaminados a mis creencias, ella trabajaba en dos grupos de rehabilitación deportista aunque aun no había terminado sus estudios en fisioterapia, era una chica increíble, llena de vida de ambición, bueno sabia que iba a crecer con ella, en lo emocional, en lo profesional y por que no también en lo social. Nos veíamos diario involucrándonos en nuestras vidas, bueno yo me involucre completamente en la suya, al día siguiente de que nos hicimos novios, fuimos a un crucero público que se encuentra sobre la avenida López Mateos a la altura de la unidad administrativa de Zapopan las Águilas, subimos y veíamos pasar los carros, era tarde hacia frío nos conocíamos un poco cada vez más, primer día de novio que raro en mi me decía pero la ilusión me llenaba ya estaba desesperado quería que llegara la mañana siguiente no tenia mente para nada más, cada día que pasaba, daba gracias a que no fuera ninguna ilusión, para mi cada día era mejor que el anterior tanto en el momento de besarnos en su forma juguetona de disfrutar las cosas sentía que ella me trataba de lo mas indiferente, lo que no me sorprendió ya que somos inseguros ante una nueva situación, yo mismo por vivencias del pasado me paso en la mente si estaba haciendo lo correcto si realmente no estaba perdiendo el tiempo o cualquier debilidad mía para no reconocer que era a ella lo que yo necesitaba, sabía que para ella era uno más en una confesión posterior me dijo que ella no creía que duráramos mas de un mes, llego el día de mi salida, un día importante para mí. Sentí la libertad en su máxima expresión, con mis amigos en un país distinto valiéndome por mi mismo, ya no era el niño mimado de siempre ahora era solamente yo sin dependencia de nadie mas. Y con la seguridad de que tenia no sólo a mi familia que me esperaba en casa la tenía a ella. En ese viaje me encontré a mi mismo, la libertad que embriaga al que no la tiene cuando la encuentra, una parte del día la dedicábamos a conferencias, a nuestras practicas profesionales y a conocer un poco la ciudad. Desde los primeros días el clima no nos ayudo mucho estabamos en un promedio de –18º grados centígrados por lo que la mayoría sobre todo mis amigos se dedicaron a convivir en el poco espacioso cuarto de hotel deleitándose con unos botes de cerveza y uno que otro cigarrillo a escondidas, debido a que era ilegal fumar en lugares públicos cerrados, mi desesperación creció ante su pasivo comportamiento me salí a explorar la ciudad, hablando con quien se dejara aprendiendo todo sin miedos ni reservas.

Al regreso le traje un simple detalle un oso de peluche de una de las jugueterías más grandes que he entrado en mí vida, al oso le pusimos el nombre de Fiona quien a partir de ese momento se convirtió en nuestra hija, que ridículo no pero a la vez fue algo que solo era de nosotros estábamos iniciando un juego en donde los únicos participantes éramos nosotros nos unía nos hacia feliz, al llegar a mí cuarto después de una semana de su ausencia descubrí que estaba lleno de globos y cartelones de bienvenido firmados por ella. Mi amor se intensifico creció a cada día que pasaba, cada experiencia era distinta aun los tontos desacuerdos por una u otra cosa siempre era divertido alómenos al inicio, nos besábamos para contentar al otro siempre que sabíamos que era nuestra culpa o para cambiar el sentido de nuestras palabras, ella ya me amaba y yo a ella. Mis sueños se habían vuelto realidad volábamos papalotes, íbamos con sus amigos, la acompañe a las entrevistas de trabajo, mientras yo estudiaba para algún examen o hacia alguna tarea, cuando entro a trabajar al Teleton se encontraba muy alterada debido a que no creía que pudiera con el paquete, le daba ánimos y ella a mi, le enseñaba que no debía de darse por vencida, cosas tan vanas para mí pero que para ella las sentía abrumadoras y por primera vez en la vida de ambos hicimos el amor, un día cuando mis padres y mi hermano salieron de vacaciones o no estaban, fuimos a mi casa a ver una película como sucede siempre en la vida las cosas nos llegan mejor si no las planeamos simplemente suceden, no tuvimos sexo sino hicimos el amor no buscamos el placer propio sino el hacer feliz a quien esta a tu lado.

Poco a poco fue pasando todo, llegaba a su casa y nos poníamos de acuerdo a lo que íbamos hacer, sin miramientos lo hacíamos, discutíamos los puntos importantes, como resolver problemas cotidianos de nuestra vida o contarnos lo que sucedía en nuestra familia. Hacíamos realidad nuestros cuentos de hadas en un simple hotel con velas perfumes rituales lo que fuera necesario para sentirnos cómodos, con sus contadas excepciones dejábamos de vernos un día, me criticaba mucho de que no era caballeroso con ella, ya saben abrir la puerta del carro cuando va ha entra o a salir entre otras cosas básicamente tratarla como princesa lo que es, obviamente nunca antes lo había hecho pero con excepción de cuando se enojaba por que se me había olvidado hacer una u otra cosa me gustaba hacerlo. Por mi parte le enseñaba que no sólo existía el trabajo que fuera disfrutando sus triunfos – por desgracia a esto nunca me hizo caso – planeábamos nuestro futuro por lo que decidimos casarnos cabe mencionar que en general en esta relación siempre me sentía muy bien y la disfrute mucho sin exagerar mi comentario fue una experiencia que me enseño, formo, y mostró lo mejor de mi. Mis límites y mi personalidad.