Con este amor de pobres
que se desliza duramente,
por las laderas de una vida consumida
entre paredes de prefabricadas ilusiones,
alimento con esfuerzo día a día,
nuestra vida proletaria.
Sin horizontes, sin mares, sin azules,
entre el smog y taxis descompuestos
pululando en los barrios marginales,
dónde las fábrica echan sus desechos..

De percal son los vestidos
que cuelgan de sus perchas en mi armario.
Mis sábanas de algodón.
Mis zapatos de tacones desgastados,
y un pequeño monedero entre las manos
dónde guardo un trébol y tu foto.

No necesito grandes cosas en la vida
Lo elemental, lo necesario.
Una mesa, cuatro sillas,
sobre la mesa, todos los días,
un caliente plato de comida.
Un trabajo, un libro de gastadas poesías,
La merienda, sólo mate
y si cobramos la quincena, galletitas
Un colectivo que me espere en las mañanas,
a la noche tu abrazo y tu sonrisa.

En este barrio de casas chatas
Techos de chapas, perros flacos,
Charcos enlodados, sapos croando,
Niños con pocas caricias.
De muñecas de trapo, de plásticas pelotas.
De gatos bordeando las cornisas,
En este barrio que no conoce días francos,
donde el martillo y la fragua fraternizan.
Dónde los relojes con matemática de pobres
no suman horas, restan vida..
he creado con tus manos y mis manos,
una familia