Me levanto por la mañana, después de un sueño dormido sin dormir. Mis pasos van directos al ordenador que quedo callado en la noche. Presiono el botón y marcho para asearme, mientras escucho los sonidos típicos de su puesta en funcionamiento. Preparo el café que me despejara. Con el en la mano me dirijo al cuartito, tan intimo y ya tan mío donde paso gran parte de mi tiempo. Miro la pantalla, y veo con desilusión que aun no esta del todo listo. Pienso: “ le cuesta mas que a mi”. Se que es por la ansiedad que tengo el que me resulte que su funcionamiento es lento. Por fin se me ilumina una sonrisa cuando veo como todo empieza a funcionar. El msn inicia sesión ,y me advierte que tengo un nuevo mensaje en el buzón de correo. Clicleo sin dar tiempo a nada más. Esto hace que se colapse un poco, y resulte mas larga la espera, pero aunque me pase todos los días yo siempre caigo en lo mismo…. Me adelanto demasiado.
Paso a leer el correo con ansiedad y alegría, se lo que me dice, es lo que espero, esas palabras escritas que son tan intimas y que tanto deseo leer tienen el poder de cambiarme el día. Se me escapan suspiros, la sonrisa asoma a mis labios, siento deseos de cantar, reír, bailar. Noto como si hubiera rejuvenecido en un momento. Aparto los problemas de mi mente, ya estoy demasiado ocupada pensando en EL. Contesto el correo, le comento las horas disponibles para conectarme y hablar. Sigo como en una nube con la rutina de lo diario, esperando el momento en que, como cada día podré “estar” con el.
Llega la hora señalada, sin falta se abre la ventana de la persona que ocupa mis pensamientos. Los dedos vuelan sobre el teclado, hay tantas cosas que decir y tan poco tiempo para estar. Hoy no hay video llamada, no estoy sola y hemos de conformarnos con la cám. Nos miramos sintiendo que cada uno esta al otro lado de su lado. Notamos la presencia tan intensamente, que da la sensación que nos tocamos, nos besamos, nos abrazamos, como si estuviéramos juntos a pesar de la larga distancia que nos impide dar rienda suelta a nuestros deseos. No se resiste, me dice que ponga una excusa para salir, quiere escuchar mi voz.
Me marcho de casa, tengo que comprar sal urgentemente. Llegando al ascensor ya suena el teléfono, palabras dulces salen por el, al mismo tiempo que recibe el mismo amor. Esta lloviendo pero no importa, voy paseando, escuchando la persona que últimamente me ha atrapado el corazón.
Cuando vuelvo me concentro en la preparación de la cena y demás. Antes de acostarme mando un correo, esperando como siempre mi respuesta. Un mensaje en el móvil me desea buenas noches y felices sueño, mi contestación manda los mismos deseos. No importa quien hay a mi lado, en estos momentos la imaginación es libre. Me vence el sueño con el ultimo nombre pensado, que como si de una grabación se tratase permanece hasta el amanecer, y se que mi nombre también es….. el ultimo y el primero
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