I- LA BATALLA
El sol salía tras las montañas,
de puro blanco coronads.
En el cielo una nube desilachada
de ardiente pasión tiznada
al nebuloso mar saludaba.
Entre el mar y la montaña,
en el llano de rocío nevado,
no lejos de limpio río atravesado,
suenan los cuernos y las trompetas,
las notas de plata y oro traspasan
los escudos y los corazones de soldados.
Los estandartes y las banderas gritan
palabras asperas e hirientes,
palabras de sangre y acero,
palabras de odio y muerte
que afilan las espadas como la piedra
y endurecen los corazones
En la costa junto a los barcos,
balncos cisnes con velas,
brillan al sol escamas y espadas
como si metalicos peces fueran.
Las blancas insignias se alzan al viento
que las acaricia con sus manos.
De las montañas junto al bosque,
largos pelos terrestres de madera,
hay hachas, garrote y lanzas,
y espadas torcidas y melladas,
y armaduras negras y oxidadas,
banderas rasgadas, hambre y miedo.
Del cielo claro y despejado
cae lluvia de acero afilado,
devuelve a la tierra lo suyo,
ropas atravesadas, sangre, olor a muerte.
Los estandartes en el barro mueren
pero los corazones arden de fuego.
Y así, corriendo ladera abajo,
viento en contra y lluvia,
se dirigen sin dudarlo
a la reluciente muralla plateada.
Tras ellos van dejando un sendero
de muerte y sangre fraterna.
El verde prado tiembla
bajo los negros caballos
y las botas de cuero y acero.
Las espadas gritan agudas
por todo el rojo llano,
lluvia de sangre fresca
el suelo pisoteado riega
El acero rompe el bronce
y corta cuero y carne,
el miedo se cuela silencioso
por las grietas de la coraza
hacia el corazón de los guerreros.
Allí el que llamaron cobarde
se bate a muerte por ellos
rapida la espada baila
llevando en su danza la muerte
de una a otra mano.
Allí el gran guerrero esta,
y junto a él sus ultimos compañeros
sus roncas voces invocan
al valor de los luchadores,
y las largas espadas cortan
metal y carne por donde pasan.
Allí lucha el niño mago
sin temor a sus suerte,
y en sus manos brilla el fuego
y se retuercen cadaveres ardientes.
Y ya el metal se funde
y gotea lejos del fuego blanco.
Los tres heroes luchan juntos,
trayendo de sus manos la victoria,
la unica esperanza para los soldados.
El muro de plata se rompe,
corren a sus barcos los invasores,
huyen de allí a toda vela
dejando heridos en tierra.
II- EL NIÑO MAGO
¡Ay, madre! Anoche en el río
brillaron fuegos de sangre y acero,
los gritos cortaron la noche,
armas hablaban sin pausa.
Unos villanos serían, hija.
Hija, unos villanos y los guardias
que ayer en la noche negra
lucharon a fuego y espada.
¡Ay, madre! No eran villanos,
ni oscuras criaturas de la noche,
fue el niño mago,
lo dicen los arboles,
el que se llevaron.
¡Ay, madre! El río viene tinto,
los animales lloran manantiales,
las nubes cubren el cielo
y la luna esta mas triste.
Porque anoche cuatro flechas
al niño mago lo mataron
lo sabe el viento y la tierra
y la luna que estaba mirando
a todos los hombres se lo ha contado,
y ya marchan juntos con fiereza
y colera en las manos.
Porque la sangre del niño mago
aun en el río hierve y se quema,
pidiendo a los corazones
venganza, a fuego y espada.
III- EL ULTIMO GUERRERO
Brillo de espadas en la noche
Oscuridad de la muerte subita
Frío del acero en la herida
Rojo de la sangre derramandose
Así acabo su vida
Así su vida acabaron
El honor dormía lejos
Cuando cuatro espadas lo mataron
No murió en noble duelo
No en campo de batalla
No en pelea tabernera
Su espada duerme en su vaina
El valor no sirvió de nada
Tampoco su furia guerrera
Ni su habilidad con la espada
Cuando cuatro espadas lo atravesaron
Ya no volverá a luchar con presteza
Los otrora fuertes brazos
Pasto son hoy de los gusanos
Su cuerpo vacío yace junto al camino
Ya no sentirá el viento en su cara
Ya no seguirá la caza en la montaña
De la tierra donde nació porque
Ayer cuatro espadas se le clavaron
Y rojo camino hace su sangre
Camino que no harán las lagrimas
Su muerte no vengada acaba
la historia de los ultimos guerreros
La gloria no brilla tanto
El soldaddo no tan valiente
Desde la noche de ayer
Cuando cuatro espadas lo mataron
IV- EL LADRON DE DESTINOS
Manos rapidas y pies ligeros
que la vida me ha dado
¿De que me servís?
Ahora que todo la muerte me lo ha arrebatado
Ahí yace mi cuerpo tirado,
de todo mi ser despojado.
Hasta la ropa le han robado
al muerto gris y ensangrentado
Maestro de la noche,
por la noche traicionado.
Señor del silencio,
en silencio asesinado.
Las mismas trampas que tu usaste,
las mismas dagas que clavaste.
Cuatro puñaladas tu espalda hoyaron,
cuatro manantiales ensangrentados.
Ya la ropa se vuelve roja,
ya la vida de tu boca escapa,
los ojos ahora se tornan vidriosos,
la firme mano suelta la espada
No mas avisos de la suerte,
no mas burla al destino,
no mas quiebros a la muerte,
ellos hoy de ti se han reido.
Creiste ser libre
Mas la mano invisible
Dirigía tu camino,
Camino hacia el olvido
Alli yaces, amigo,
Tu cuerpo destruido.
Pronto tu alma
se volverá a reunir conmigo.
V- LOS TRES HEROES
Los tres heroes hablan alto,
el odio brilla en sus ojos,
la ira a las armas
las rapidas manos lleva.
Tan solo la amistad,
vieja herida,
en sus vaina las mantiene.
Así sus ultimas palabras
de la rabia escapan.
Sus pasos se apartan
en tres distintos caminos,
y aunque separados,
el mismo destino aun comparten.
Así, solos y abandonados,
sin honor, gloria ni valentía
mueren hoy nuestros heroes
pronto seran receurdos,
leyendas y luego nada.
Cuantos recordaran sus hazañas,
en pocos años serán olvidados
cuando el mundo tiemble y se desvanezca.
Aqui esta escrita la ultima
se sus miles de aventuras:
Como en la oscura noche
los tres por cuatro murieron. |