La cuadra cinco de la Avenida Central esta alborotada, un improvisado concierto de piropos, silbidos y suspiros invaden la calle. Andrea camina altanera y despreocupada, y es que ella es conciente de que su joven y perturbadora belleza es la causante de semejante situación, siempre lo es.
Esta perdida y desquiciadamente enamorada . Es muy feliz amándolo, y ese inmenso amor que siente hacia el la tiene deslumbrada impidiéndole ver su triste realidad. O a lo mejor si la ve , pero no le importa. Y es que a veces la felicidad cobra precios muy altos por sus servicios.
Los rayos del sol entran levemente por las ventanas del aula. Nada parece augurar que la monotonía del diario vivir, se rompería de tal manera que para ella se convertiría en el día más frío y sombrío de su vida.
Se encuentra en el baño de la universidad en donde estudia. Llora amargamente. No entiende lo que le esta pasando, por qué a ella. Sostiene entre sus delicadas manos de larguísimas uñas un pequeño papel de forma rectangular ya arrugado por el nerviosismo del momento y mira desconcertada su vientre que ahora alberga en el interior de sus entrañas al fruto de el inmenso amor que siente hacia el.
Esta desorientada, sorprendida, desolada y con un enorme sentimiento de vacío y soledad que contrasta enormemente con la pequeña compañía que ahora vive en ella. Aunque no por mucho tiempo...
La actitud fría y distante de él la desconcierta aún más , lo rechaza rotundamente .Tienes dos opciones, tu decides, nadie tiene por que enterarse.
Regresa a casa, sola y triste. Sus largos cabellos castaños y lacios caen sobre su rostro, cubriendo las lagrimas que continuamente se deslizan por sus mejillas. Es difícil decidir . Lo ama, los ama a los dos, pero si dos son compañía tres son multitud.
Los días transcurren lentamente . Todo sigue siendo frío y gris, y más aún en la gélida y metálica cama de hospital donde se encuentra postrada .
Todos la contemplan con una mirada lacerante, asesina, le dicen. Eso es lo que ella siente y ahora en este profundo momento de meditación y sufrimiento como desearía tenerlo, sentirlo. Lo extraña, era suyo, vivía en ella.
Ahora lo ve marcharse de a poquitos, en deformes y putrefactos trozos blandos y negruzcos que se van por el excusado cada vez que ella acude al cuarto de baño. El no puede acompañarla, su absorbente trabajo no le deja tiempo libre para ir a visitarla al hospital.
Sus padres la cuidan día y noche, no se despegaron de ella desde que se desmayo a causa de la Asepticemia que casi la mata . Sus amigos y amigas no saben nada, ni siquiera los mas cercanos y es que...nadie tenía por que enterarse.
La monotonía del diario vivir a regresado .Vive con sus padres. Asiste diariamente a la universidad, sale a bailar con sus amigos los fines de semana y sigue sosteniendo apasionados encuentros con el, a pesar de que aun no puede tener relaciones sexuales, y es que él la ama y de alguna manera tiene que demostrárselo, y ella, ella es feliz así.
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