Estremecidos círculos fondean al tacto de atravesar cortinas sin sostén. Gime la luna hecha un ovillo a los pies de las sábanas desordenando al aire. Sus pájaros nocturnos marcan caminos de sombras desde el abismo del ombligo. Toman ambos extremos de hilos de luz para tejer sus nidos en la nuca. En el umbral del vértigo se yergue un vuelo sin retorno cruzando las fronteras de los labios. © Silsh (Argentina)
Texto agregado el 25-11-2003, y leído por 279 visitantes. (3 votos)